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A 45 grados de temperatura, el calor que refleja el asfalto traspasa cualquier suela de zapato.

“¡Se mete el calor al pie!”, escuchaba el director Celso García.

Era la primera mitad de 2014 y el tapatío tenía frente a sí a Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Silverio Palacios, Gustavo Sánchez Parra y el joven Américo Hollander como elenco. Los actores estaban dando vida a La delgada línea amarilla, cinta en la que una cuadrilla de hombres recibe la misión de pintar esa señal de tránsito por varios kilómetros.

Damián es el jefe de cuadrilla, Cosío el temeroso que no desea perder su trabajo, Palacios un cirquero y Sánchez Parra un ladrón.

¿Hollander? La sangre nueva en el grupo, que intenta encontrar lugar.

“Me parecía que tenía una gran oportunidad de contar una historia con un giro distinto a lo que normalmente vemos ahorita que es sobre la ciudad, comedias románticas, violencia, crimen organizado”, cuenta García.

Contó con el apoyo en la producción del nominado al Oscar, su coterráneo Guillermo del Toro (El laberinto del fauno), Bertha Navarro (El espinazo del diablo) y Alejandro Springall (Santitos).

“Se usaron nueve carreteras para hacer una sola, para que diera la impresión de curvas, planicies, rectas”, detalla Springall.

Celso llegaba a su ópera prima tras el corto La leche y el agua, con el cual ganó 26 premios internacionales, entre ellos el Mayahuel del Festival Internacional de Guadalajara y el Premio a Mejor Cortometraje en Huelva.

“Lo que quería era hacer un personaje vulnerable”, cuenta Cosío.

“Aquí es alguien temeroso que lo que quiere decir es: soy efectivo, aún sirvo y es una parte triste”, agrega.

“Pero si alguien se fija, mi estómago y el de Silverio (Matando cabos) crecieron mucho en esas semanas, nos atendían muy bien”, recuerda el histrión.

Sánchez Parra establece que durante el rodaje trataron de mantener internamente una dinámica de carretera con sus tiempos.

“Jugando, diciendo cosas, cuando estábamos fuera de filmación nos reuníamos a tomar una cerveza, tequila, cenábamos”, revela.

La delgada línea amarilla llega a 140 pantallas mexicanas, teniendo clasificación no restrictiva, para adolescentes y adultos.

España, Francia, Rusia y Grecia ya también la compraron, esperando fecha de lanzamiento.

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