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Guadalajara.— Para documentarse con películas que es difícil encontrar normalmente, Felipe Cazals, director de Las poquianchis y El apando, compra versiones piratas de cintas.

“Las compramos todos en esas circunstancias, porque es la única forma de documentarse y de hacerse de una cultura; es muy difícil encontrar películas del siglo anterior y de algunos géneros muy específicamente.

“Gracias a ellos se puede uno documentar y volver a ser espectador, a mi edad, como director, lo más difícil que hay es volver a ser espectador, como lo fui a los 14 o 15 años”, indica.

Ayer el llamado Ogro del cine mexicano, bautizado así por la leyenda que lo circunda de ser duro y exigente en el set, ofreció una charla en el marco de los 40 años de Canoa, largometraje que recreó el linchamiento de trabajadores universitarios en esa zona de Puebla, en septiembre de 1968, acusados de ser socialistas.

Desde su estreno, Cazals no puede visitar ese lugar. Ahora, los nuevos espectadores han llegado a preguntarle quién escribió la novela.

“En una preparatoria de Campeche los estudiantes, después de ver Canoa, me preguntaron quién había escrito la novela, eran dos jovencitas que no aceptaban que aquello pudo haber sido real, no les cabía en la cabeza que semejante acontecimiento fuera real.

“Esto hace dos vías distintas e interesantes, una, que hay una generación de mexicanos que se parecerá a otros y, la otra, es que su desconocimiento de la historia reciente, es muy grande”.

Hoy Cazals, junto con el ganador del Oscar a Mejor Director, Alfonso Cuarón, estarán presentes en una función especial de Canoa, además de dar una plática al público.

El entrevistado comenzó su carrera profesional en 1965 y desde entonces ha rodado más de 20 películas, siendo las más reciente Chicogrande y Ciudadano Buelna, ubicados durante la Revolución mexicana.

A pregunta expresa, consideró que el cine le ha quitado varias horas de su tiempo, pasándolo en la antesala de funcionarios.

“En este sistema sexenal, sean panistas o priístas, hay que explicar quién es uno, qué ha hecho, qué quiere hacer, porque tiene derecho a tener fondos para hacer una película más y así ha sido por 50 años, no me quejo del todo, pero sí he perdido mucho tiempo”.

“Desgraciadamente, los nuevos cineastas tienen que hacer lo mismo, cada vez hay menos posibilidades, el cine ha sufrido una fractura hacia arriba, hacia adelante y es el digital que pertenece a un campo inexplorado”.

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