Terror y violencia

Hacia el año 1972 Wes Craven estrenó su ópera prima "The Last House on the Left", con la que demostró que el cine de terror no tiene por qué estar siempre ligado a fantasmas, posesiones o monstruos, sino que puede ligarse a experiencias de violencia extrema. Este concepto cautivó a otros realizadores y dio pie a cintas como "La masacre de Texas" y "Halloween", entre muchas otras.

Freddy Krueger, la pesadilla de todos

Lo que pudo ser sólo un personaje de moda pasó a ser el mayor emblema del director. Freddy Krueger, el desagradable y temido villano de "Pesadilla en Elm Street", se convirtió en una figura clave de la cultura pop de los ochenta, y trascendió como uno de los mayores iconos del cine terror.

Responsable del éxito de New Line Cinema

Wes Craven llevó a cabo "Pesadilla en Elm Street" (1984) con un estudio que, por aquel entonces, parecía ser de poca monta: New Line Cinema. El éxito que logró la película llevó a la compañía a posicionarse dentro de Hollywood y a convertirse en una de las productoras más populares de Estados Unidos.

La fórmula "Scream"

Durante los primeros años de la década de los noventa, Craven admitió sentirse hastiado de los manoseados clichés del cine de terror. Pero eso derivó en algo positivo: sirvió como inspiración para "Scream". Allí satirizó los clichés del género y sentó las bases de posteriores thrillers juveniles, como "Destino final" y "Sé lo que hicieron el verano pasado".

Pocos recursos, muchos ingresos

La falta de recursos es un problema que los directores han tenido desde que se inventó el cine. Son muchos los realizadores que logran terminar sus obras con escasos fondos, pero Wes Craven es uno de los que se destacan por haber convertido sus cintas de bajo presupuesto en blockbusters. Lo hizo con sus dos franquicias emblemáticas: "Pesadilla en Elm Street" y "Scream", las cuales recaudaron más de 20 veces su inversión inicial.

Filosofía del terror

Wes Craven no creció viendo películas. Sus padres, bautistas, le brindaron una estricta educación y no le permitían ir al cine. Fue cuando entró a la universidad que desarrolló un lazó con el séptimo arte. Esta conexión se fortaleció después, cuando empezó a rodar sus primeros cortos mientras ejercía como profesor de Filosofía en la Universidad Johns Hopkins. Su formación como docente influyó su carrera como cineasta, pues constantemente evaluaba el estado del "género terror" e ideaba proyectos que permitieran su desarrollo.

Un ídolo dentro de la industria

Craven se ganó el respeto de sus pares y su filmografía sirvió como cátedra para muchos otros realizadores. No debe existir un director aficionado al terror que no haya visto cintas como "Pesadilla en Elm Street", "The Serpent and the Rainbow" o "Scream". Su nombre es, definitivamente, un referente dentro del género y llegó a estar en las ligas mayores, junto a nombres como Alfred Hitchcock o George Romero.

rqm

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