La directora de la primera entrega de la franquicia Cincuenta sombras , Sam Taylor-Johnson , no ocultó su malestar cuando en el año 2015 los estudios Universal decidieron no contratarla para rodar las secuelas de la cinta.

En aquel entonces la realizadora británica explicó que llevar a cabo el proyecto fue un "proceso sumamente doloroso", debido a las constantes discusiones que tuvo con la autora de la trilogía literaria, E.L. James . Pero ahora, a más de dos años de aquel "ninguneo", la cineasta demuestra que dio vuelta la página.

En entrevista con The Hollywood Reporter , la cineasta y también respetada artista visual explicó que está enfocada en Gypsy , su primer proyecto con Netflix. La serie será protagonizada por Naomi Watts, y sigue a una terapeuta que establece peligrosas relaciones con personas vinculadas a sus pacientes.

"Netflix se involucró para estar ahí, pero no ejerciendo acciones para demostrar su poder. Me dejaron hacer por mi cuenta lo que mejor sé hacer", aseguró.

Su declaración se contrapone a lo que ocurrió cuando trabajó para Universal en la película protagonizada por Dakota Johnson y Jamie Dornan.

Aunque la cineasta logró un buen resultado con el proyecto, en la evaluación final de la compañía se impusieron los conflictos y la tensión entre Taylor-Johnson y James.

"Había un plan tentativo en el cual yo estaba contemplada para las otras películas. Pero el estudio quería ver los resultados de la primera cinta antes de iniciar cualquier conversación. Todo salió bien en términos de taquilla, pero los resultados no fueron tan buenos en mi relación con Erika", comentó a la revista especializada en cine y televisión.

sc

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