Gina Rodríguez cede a los encantos de Derbez.

Gina Rodríguez, protagonista de la serie de televisión estadounidense Jane The Virgin, también cayó ante los encantos del mexicano Eugenio Derbez y ahora será parte de una serie de televisión en la que ambos están trabajando muy calladitos en Los Ángeles. La actriz de ascendencia latina ya tiene un Globo de oro por su trabajo en la serie que comparte créditos con Jaime Camil, así que ¿quién ayudará a quién?

A Fernanda Castillo nunca la invitaron a serie de Pinal.

Fernanda Castillo asegura que su nombre nunca estuvo en la mesa para formar parte de la serie sobre la vida de Silvia Pinal. Versiones apuntaban a que doña Silvia, icono del cine mexicano, se inclinaba por la actriz de 34 años para encarnarla, pero todo ya fue detenido y aclarado. “Por desgracia se ha rumorado muchas veces que regreso a una contienda que no ha existido desde el principio, porque por tiempos, no me era posible”, subraya Fernanda.

Cecilia Galliano, siete kilos después.

La actriz Cecilia Galliano regresó de su tierra natal con unos kilos de más, pero con el corazón rebosante de felicidad por haber estado con su familia. Galeano confesó que debido a que sus hermanas todos los días hacían asados, pasta o pizza, relajó la dieta y aumentó siete kilos a su figura, pero no siente remordimiento porque lo hizo con plena conciencia y ya retomó su rutina saludable. También durante este viaje a Argentina tuvo oportunidad de rencontrarse con su primer amor, porque hubo una reunión de generación del colegio y ahí se vieron. “Yo estoy soltera y feliz, él casado y con hijos, pero vi a mucha gente que hace tiempo no veía y me dio mucho gusto, todo eso me reconforta porque me hacen recordar muchas anécdotas, allá todos me llaman ‘la negrita’, y no sé, me emocionan esas cosas”.

Le mueven el piso a Sergio de Kabah.

Sergio, integrante del grupo Kabah, estuvo a punto de dar al suelo durante la conferencia de prensa para anunciar la gira Únete a la fiesta. Fue uno de los primeros que entró a la sala llena de periodistas y fotógrafos, sólo que no calculó el espacio y entre las luces que estaban instaladas en el suelo y las sillas, tuvo que agarrarse en lo que el suelo se “detenía”. Al final, fue un percance que pasó inadvertido, pues no pasó del susto.

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