Lucero Suárez, escritora y productora de la empresa Televisa estrenó recientemente La Vecina (una adaptación de la telenovela colombiana La Costeña y el cachaco hecha por ella y Edwin Valencina).

Ella ha hecho cerca de ocho telenovelas con el mismo equipo, por lo que ve difícil la entrada de nuevos escritores a su equipo.

“Es un poco más difícil porque yo ya tengo un equipo hecho, cuando tú ya tienes un equipo hecho trabajas con ellos; lo mismo pasa con los directores de escena y agentes de producción”, comentó.

Sin embargo, para Toño Alonso, introducir a los egresados con las llamadas “vacas sagradas” de la escritura y producción (como Chava Mejía, Juan Osorio, Rosy Ocampo, y Carla Estrada) ha sido más fácil de lo que pensaban.

“Uno podría haber pensado en el día uno que todo el mundo iba a ser como Lucero en el sentido que ella ya tiene su equipo formado y no necesitan más pero no, El Güero Castro —que es el que reclutó a Garcilita— es muy abierto a ello, Chava Mejía es muy abierto en sus equipos, Rosy Ocampo también.

Ha sido más fácil de lo que pensábamos y a algunos les va mejor y a otros les va peor, depende mucho de la química entre los escritores que son muy raros, entre sus rarezas hacen química o no”.

Desde su punto de vista, escritores como María Zarattini, Jesús Calzada y Ricardo Fiallega son considerados vacas sagradas que tienen acceso al material de “las realmente ‘vacas sagradas’ de la escritura como Delia Fiallo, Caridad Bravo Adams e Inés Rodena.

“Que son las que escribieron los clásicos de las telenovelas y que son de las que seguimos haciendo remakes”.

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