En la medida en que la población mundial crece, las economías se expanden y la nueva economía digital permea en todos los aspectos de nuestra vida, la demanda por energía continuará incrementándose de manera muy importante. De acuerdo con la consultoría McKinsey, el consumo de energía se duplicará hacia el 2050.

Esto se explica porque muchos dispositivos e instrumentos que no eran eléctricos ahora lo son, como los motores de autos, estufas, calentadores o libros (digitales que requieren de energía), además se están instalando circuitos eléctricos en la ropa, paredes, collares de mascotas y muebles del hogar para controlar y medir nuestro entorno de manera más eficiente.

Por ello, la electricidad será la fuente primordial de energía en el mundo y, afortunadamente, tiene la ventaja de generarse a partir de diversas fuentes sostenibles, abundantes y cada vez más baratas.

El precio de la producción eléctrica con fuentes renovables ha disminuido significativamente en los últimos años. Por ejemplo, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, en 2017 fue más barato producir electricidad con energía solar que con gas natural en los Estados Unidos.

De acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos y la Agencia Internacional de Energía Renovable, Islandia, Costa Rica, Noruega, y Uruguay, producen más de 90% de su electricidad por medios sustentables.

Es crucial que la humanidad acelere el proceso de adopción de producción de energía sustentable y con bajas emisiones de carbono que permita mitigar el cambio climático y que regrese el aire limpio a las zonas urbanas.

El problema, es que varias economías aún tienen una enorme dependencia de los combustibles fósiles para generar electricidad. Por ejemplo, economías grandes como la India, Estados Unidos o Australia producen menos del 20% de su energía eléctrica por vías renovables.

En el caso de México, decepciona que cerca del 90% de los insumos para generar electricidad provienen de fuentes fósiles, esto de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, mientras que Brasil tiene una dependencia fósil de sólo 20% para generar su electricidad, la de Colombia es de 40% y el 100% de la energía eléctrica que genera Paraguay proviene de fuentes renovables.

En México debemos acelerar la transición hacia las energías renovables, ya que son imprescindibles para revertir los nocivos efectos del cambio climático. Además, son cada vez más baratas, inagotables y tienen el potencial de contribuir a la autonomía energética tan citada en repetidos discursos políticos.

Además, incursionar en las energías renovables es una gran oportunidad para generar empleos y bienestar económico. De acuerdo con un reporte de la Agencia Internacional de Energía, los esfuerzos de combatir el cambio climático pueden impulsar a la economía global en $19 billones de dólares, es decir, alrededor de 16 veces el valor de la economía mexicana.

No suena mal que México le entre al negocio de las energías renovables, sobre todo cuando en Alemania, por ejemplo, reciben una décima parte de irradiación solar que nuestro país y ellos producen 14 veces más energía solar.

Exsecretario de Turismo

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