A dos meses del terremoto que cimbró el suelo el 19 de septiembre, en la Ciudad de México las labores de reconstrucción y de apoyo a los damnificados parecieran estar más en el terreno del discurso que en la acción.

Muchos han sido los anuncios de ayudas, las ruedas de prensa para dar a conocer la estrategia del gobierno. No obstante, al día de hoy, un edificio demolido en su totalidad, el desmantelamiento de un helipuerto y la entrega de una vivienda antisísmica son los únicos resultados del proceso de reconstrucción en toda la CDMX.

Un avance a cuentagotas, evidentemente, tratándose de un asunto tan delicado, algo que se percibe como abandono de la autoridad y que ha irritado a grupos de capitalinos de varias delegaciones que perdieron sus casas o tuvieron daños graves, y que por lo mismo decidieron agruparse en la organización Damnificados Unidos de la Ciudad de México, en el marco de la cual definieron que realizarán movilizaciones para que sus demandas sean atendidas, entre las principales, que la reconstrucción corra por cuenta de las autoridades.

Tras un evento como el vivido hace exactamente dos meses, claramente las labores de reconstrucción y evaluación de edificios implica una coordinación intergubernamental exhaustiva y nada sencilla, pero es difícil imaginar, por ejemplo, que de los 39 edificios que se anunció el pasado 27 de octubre, sólo un hasta ahora haya sido demolido. Ésto sólo evidencia lentitud e ineficiencia de las autoridades, inaceptable cuando de por medio está el patrimonio y la propia integridad de miles de ciudadanos.

El gobierno de la Ciudad y el federal harían bien en reparar en que el descontento entre los damnificados capitalinos —y también los de los otros estados afectados—, a sólo dos meses de la tragedia, va en ascenso: vecinos de 70 puntos afectados en 10 delegaciones de la capital marcharán este domingo para conmemorar dos meses del temblor que dejó 228 muertos tan sólo en la Ciudad de México. Además anunciaron que el próximo martes bloquearán las inmediaciones de la Asamblea Legislativa para inconformarse con la propuesta de Ley de Reconstrucción capitalina que se busca aprobar, por considerar que no les garantiza el apoyo necesario.

La consigna más clara y coincidente de estos grupos es defender la reconstrucción y la restitución por cuenta del gobierno, y rechazar los créditos “blandos” y la redensificación de predios que se ofrecen para reconstruir.

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