El 14 de abril de 1912, el RMS Titanic colisionó con un iceberg durante el cuarto día de su viaje inaugural. Después de dos horas del histórico accidente marítimo, el trasatlántico descansaba en el fondo del océano Atlántico.

Tuvieron que pasar 105 años para que los viajeros puedan ver sus restos de cerca, gracias a la compañía de viajes de lujo Blue Marble Private, con sede en Londres, que ha organizado la primera expedición para el verano de 2018.

El viaje de ocho días llevará a nueve aventureros, desde la costa canadiense de Terranova, a sumergirse en compañía de científicos y buzos para explorar la cubierta del navío y su famosa escalinata, aún reconocible entre los restos en descomposición.

Las inmersiones se harán durante la noche o conforme a las condiciones meteorológicas. Se usará un sumergible fabricado en titanio y fibra de carbono para alcanzar profundidades superiores a los cuatro mil metros.

La expedición incluirá charlas con científicos especializados en el naufragio del Titanic, actualizaciones de las misiones de exploración y los objetos que han encontrado. Los viajeros también podrán participar en la operación del sumergible, ya sea operando el sistema de navegación o planeando las inmersiones.

Un viaje tan exclusivo tiene su precio: 86 mil 500 libras, el equivalente a poco más de dos millones de pesos mexicanos. Eso sí, incluye vuelos redondos, alimentos y todo el equipo necesario para sumergirse en el océano.

La única condición que pide la compañía es que los viajeros tengan la certificación de buceo que los califique como divemasters, es decir, que sean aptos para descender más allá de los 18 metros, que dominen habilidades de rescate en superficie y bajo el agua y que tengan un registro mínimo de 60 inmersiones.

Las reservaciones para la aventura de contemplar en vivo los restos del Titanic siguen abiertas, incluso, la empresa ya tiene expediciones programadas para 2019.

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