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Descender a rappel por un agujero en medio de la tierra parece una actividad de locos. Pero cuando llegas al interior de una caverna y te sumerges en pozas de aguas cristalinas y frescas, la hazaña bien ha valido la pena (o el miedo).

El cenote Jaguar está a una hora y media de Playa del Carmen, cerca de la comunidad maya de Pacchén. El objetivo de la expedición, además de vivir algunas aventuras en la selva, es tener contacto con la cultura maya.

Se recomienda no llevar celular; se puede caer o mojar con mucha facilidad. Hay que llevar traje de baño, pero queda prohibido usar bloqueador para no contaminar este espejo de agua de 15 metros de profundidad.

Los cenotes son sitios sagrados, así que antes de descender, un chamán realiza una ceremonia de purificación. Pide permiso para acceder al “inframundo maya” y bendice a los visitantes.

Pacchén abarca dos mil hectáreas de selva protegida y en ella habitan 20 familias. Los miembros de la comunidad cuentan historias y explican sus creencias y tradiciones. Las mujeres preparan platillos típicos con tortillas calientitas, como el pollo pibil, hecho en horno de tierra.

También es posible visitar la localidad vecina, Tres Reyes. Esta última tuvo una rehabilitación de espacios naturales para ofrecer actividades ecoturísticas. Cuenta con dos tirolesas en medio de la jungla, de 310 y 100 metros de largo, instaladas a una altura de 20 metros.

La excursión termina en la zona arqueológica de Cobá. Los primeros asentamientos de la ciudad datan de los años 100 a 300 d.C. El templo escalonado de Nohoch Mul ofrece vistas privilegiadas de la selva, a 42 metros de altura. Aquí se siente que el paso del tiempo se detuvo.

Alltournative es la agencia que ofrece este recorrido. Trabaja por medio de convenios con comunidades mayas de Quintana Roo y Yucatán.

Incluye transportación desde tu hotel.

Costo: 139 dólares por persona.

Web: www.alltournative.com

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