En Brasil, frente a la playa de Camboinha, en el estado de Paraíba, se encuentra Areia Vermelha, un banco de arena de 2 kilómetros de largo y 1 de ancho, que solo se vuelve visible cuando baja la marea durante unas horas.

Los visitantes llegan hasta Areia Vermelha para aprovechar sus aguas cristalinas y arena blanca. Luego, la playa “desaparece” hasta que la marea vuelva a bajar. Decenas de turistas llegan en barcos y lanchas, algunos de ellos incluso funcionan como restaurantes flotantes donde se sirve pescado fresco y agua de coco.

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