El nuevo rey de los 200 metros resultó ser un desconocido corredor que nació en Azerbaiyán y se arropó con la bandera de Turquía hace seis años.

Ramil Guliyev protagonizó ayer la gran sorpresa del Mundial de Atletismo al imponerse por apenas dos centésimas de segundo a Wayde van Niekerk, despedazando la ilusión del sudafricano de completar el primer doblete 200-400 en el campeonato desde 1995.

Guliyev, quien ni siquiera figuraba en la lista de las diez mejores marcas de la temporada, se convirtió en el primer campeón mundial de los 200 que no se llama Usain Bolt, en una década.

El velocista registró 20.09 segundos, seguido por Van Niekerk y el trinitario Jereem Richards. La plata quedó en manos del sudafricano de 25 años debido a la exigua diferencia de dos centésimas.

“Esto no es una sorpresa para mí, pero no parece ser cierto. Pude hacer mi mejor carrera en el momento adecuado. Feliz de ser el campeón mundial. Este es el mejor momento de mi carrera”, dijo Guliyev.

Van Niekerk se expresó conforme con su cosecha, incluso “aliviado”.

“Ha sido un inmensa montaña rusa”, dijo el sudafricano de 25 años. “Me voy con dos medallas, ambas con lindos colores, oro y plata. Creo que es algo grande para mi carrera y otro momento para estar agradecido. Es un enorme alivio, ha sido una locura, con altibajos y estos últimos fueron muy difíciles por el frío”, comentó.

El otro favorito, Isaac Makwala de Botswana, no pudo sostener su empuje inicial y terminó sexto.

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