El conflicto entre Sebastian Vettel y Lewis Hamilton fue el espectáculo en el Gran Premio de Azerbaiyán.

El australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) conquistó el circuito urbano de Bakú, una carrera totalmente caótica, marcada por un gran aumento de la tensión entre los volantes de Ferrari y Mercedes en su pulso por el campeonato mundial.

Ricciardo logró la quinta victoria de su carrera. Superó en el podio al finlandés Valtteri Bottas, de Mercedes, quien superó al final por poco al joven canadiense Lance Stroll, de Williams, tercero.

Vettel quedó cuarto, justo por delante de Hamilton, con lo cual el alemán, líder de la general, aumenta en dos puntos su ventaja sobre el inglés. El germano llegó a 153 puntos. El británico, 139.

Fue una carrera totalmente loca, en la que hubo tres autos de seguridad, una bandera roja y un gran incidente entre Vettel y Hamilton. Un Gran Premio apasionante para el espectador por la emoción, pero totalmente desordenado para los estándares habituales de los profesionales.

Sebastian y Lewis compitieron al límite de lo reglamentario. En la vuelta 22, durante una tercera neutralización de la carrera tras un bólido de seguridad, en la salida de una curva, Hamilton aceleró, pero inmediatamente dio una fuerte frenada cuando Vettel se encontraba detrás. El Ferrari chocó con la parte trasera del Mercedes número 44.

Muy enfadado, el alemán se puso a la par del inglés para reprocharle lo ocurrido y le pegó en el costado.

“Creo que está claro. No estaba contento con la manera en la que él condujo. Así que me puse a su altura y se lo hice saber”, explicó Vettel.

La reacción colérica del tetracampeón mundial, acompañada de un gesto con la mano poco cortés contra su rival, costó cara al alemán: una penalización de 10 segundos con la obligación de pasar por los fosos.

“El castigo me pareció muy barato”, criticó Hamilton después de la carrera en Bakú.

El incidente entre los monoplazas de los dos primeros del Mundial obligó a los comisarios de carrera a ondear la bandera roja, por primera vez en la Fórmula Uno desde el Gran Premio de Australia de marzo de 2016.

“Si quiere probar que es un hombre, debería hacerlo fuera del auto, cara a cara”, atajó Hamilton.

“Conducir de esa manera es peligroso. Afortunadamente íbamos despacio, podía haber sido más grave si hubiéramos ido rápido”, agregó el inglés a los medios.

“Hay muchos niños que nos ven, que han visto este tipo de actitud por parte de un tetracampeón del mundo”, lamentó el volante de Mercedes. “Espero que no sea un ejemplo para los jóvenes pilotos en el mundo”.

Sebastian Vettel se defendió: “Él frenó, no podía ponerme en ningún sitio y le di. Si tengo que ser sancionado, entonces él también merecía una penalización”, explicó Lewis.

“La Fórmula Uno es para adultos. Su maniobra no era necesaria, provocó que mi auto y el suyo se dañaran”, remató el germano.

Por su parte, el español Fernando Alonso, quien acabó noveno, manifestó que lograr sus primeros puntos del año fue algo increíble y que el resultado fue una “sorpresa total”.

“Salir desde el puesto decimonoveno en un circuito en el que somos lo menos competitivos posible, y aún así lograr nuestros primeros puntos del campeonato es irreal”, indicó el doble campeón mundial asturiano.

“La oportunidad se nos presentó por los numerosos abandonos e incidentes. He evitado los muros, aunque los he rozado en alguna ocasión”, explicó Alonso, en declaraciones difundidas por su propia escudería en la capital de Azerbaiyán. Redacción y agencias

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