Pelea tras presagiar la muerte

Al despertar ayer el peleador mexicano de UFC Marco Beltrán no quería tomar su celular: Un sueño en el que se despidió de su madre rompió la monotonía de la mañana en un cuarto de hotel de Río de Janeiro.
A 7,874 kilómetros de Morelia, ciudad donde reside, Marco presintió la muerte de mamá. Con el sudor frío que convierte el cuerpo en una gelatina, por los nervios de no tener el control de la situación, tomó el aparato y en un pestañeo entendió que aquel pensamiento fue el último regalo que Ana García le hizo antes de morir.
Un mensaje le confirmó que su madre murió, luego de meses de padecer cáncer.
“Hoy tuve ese sueño en el que nos despedíamos para siempre, después desperté asustado y no quise tocar el teléfono para supuestamente no vibrar mal y pensar que sólo lo había fabricado mi mente. Pero fue verdad, me enteré que hoy partiste, tal vez esa fue nuestra despedida”, escribió Beltrán en su cuenta.
Con la posibilidad de cancelar la pelea de mañana contra el brasileño Deivison Alcantara en UFC 212, el michoacano rendirá homenaje a su madre como ella vivió sus últimos días: peleando y disfrutando el momento.
“Yo he pasado por muchos malos momentos. Cosas que viví y que ningún niño debería pasar. Para esta pelea realicé un campamento diferente, en el que quise apartarme de muchas distracciones para reencontrarme con mi pelea. Quiero demostrar que estoy muy lejos de estar acabado como muchas personas me lo han hecho saber”, declaró Beltrán el miércoles por la tarde a EL UNIVERSAL.
 Psycho, como se le conoce en las artes marciales mixtas, enfrenta a Deivison, después de que perdiera el 5 de noviembre pasado ante Joe Soto.
Aquella derrota sumergió a Marco en un torrente de pensamientos de retiro que finalmente noqueó, pues su madre le enseñó que peleador no es solo el que entra a la jaula, sino el que nunca deja de luchar.
“Es bien fácil que una persona hable mal de otra. Los mexicanos somos buenos para criticarnos, para terminar por derrotar a alguien que no obtuvo un buen resultado. ¡Pero no!, a mí nadie me va a decir lo que debo hacer, nadie puede atacarme cuando no sabe lo que implica dejar todo por salir a correr, por mantener un entrenamiento en un día largo y después trabajar. Eso es ser peleador”.
Marco saldrá mañana por algo más que un triunfo: va por el homenaje a mamá.