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La sonrisa de Lorena Ochoa comenzó en el tee de salida y continuó hasta el green de la bandera 18. Si la pelota no embocaba, la tapatía se lamentaría, pero sin borrar el gesto alegre.

Es la mejor golfista que ha tenido el país. Después de siete años desde el anuncio de su retiro, Ochoa regresó al campo, frente a su gente. Cientos de aficionados se reunieron en el Club México para observar, de nueva cuenta, a la ex número uno del mundo.

La tapatía jugó con la estadounidense Juli Inkster en la primera jornada de la celebración del Salón de la Fama. En formato go-go se impusieron 10-5 a la dupla de la surcoreana Se Ri Pak y la sueca Annika Sorenstam.

En cada hoyo, las jugadoras ya retiradas intercambiaron risas, anécdotas, estrategias y apoyo.

Pero la rivalidad entre Ochoa y Sorenstam se volvió a respirar, como hace casi una década, cuando se jugaban el liderato de la LPGA.

Los presentes quedaron maravillados con el swing y buen golpeo de Lorena. El tiempo de descanso y dedicación a los negocios no afectó la técnica de la tapatía.

Horas antes, Ochoa y las otras tres ex profesionales asistieron al lago de Xochimilco, donde dieron tres golpes de exhibición sobre trajineras con el nombre de cada una.

Mañana, Lorena tendrá como compañera a Annika para cerrar la celebración, donde jugarán en estilo bola baja, que consiste en que sólo cuenta el score de la mejor integrante de la pareja en cada hoyo.

Última ronda, lista. Las coreanas Sei Young Kim y Mi Jung Hur se enfrentarán en las semifinales del Lorena Match Play. Mientras que la tailandesa Ariya Jutanugarn se medirá ante la
estadounidense Michelle Wie.

Más tarde, las ganadoras de cada serie disputarán la final, en el Club de Golf México. La campeona se llevará 200 mil dólares, de una bolsa total de 1.2 mdd.

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