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El deporte ha permitido una vida más plena en el noroeste de Oaxaca. El basquetbol sigue cambiando a los niños triquis.

En 2016, estos chicos también se ubicaron en lo alto a nivel internacional. En julio conquistaron, de manera invicta, la Copa Barcelona de basquetbol y, posteriormente, lograron su mejor papel en el Torneo YBOA, en Orlando, Florida.

“Fue un año muy placentero”, dice Sergio Zúñiga, entrenador del equipo. “Ganamos en España y en Estados Unidos tuvimos nuestra mejor posición. Estamos muy contentos y orgullosos”.

En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, Zúñiga cuenta que cada vez los padres se acercan más a ellos para inscribir a sus hijos. “Ya no sólo preguntan si los varones pueden entrar, ya mandan a sus hijas, también. Actualmente, contamos con casi dos mil”.

El estratega narra que las cosas en la zona han cambiado para el bien común. “Se ha movido mucho la región”, continúa. “Los líderes triquis abrieron un espacio deportivo más adecuado, con instalaciones para que se pueda practicar mejor el basquetbol. Los líderes naturales ya dieron más recursos para los niños y nos llena de orgullo”.

Zúñiga afirma que este año se invirtió mucho en estos espacios para ayudar a los jugadores. “Por medio del deporte y del estudio, podrán alcanzar cosas que no hubieran podido en otros tiempos”.

El Gobierno Estatal y la Comisión de los Derechos de los Indígenas son un soporte para que la asociación siga cumpliendo los sueños de los niños. En lo personal, Sergio asiste a conferencias, congresos, clínicas y campamentos para intentar recopilar un poco más. “Algunos de estos niños no tienen nada, entonces todos queremos ayudar”.

Para los viajes nacionales e internacionales buscan patrocinadores para los boletos de avión y, en el caso del torneo en Barcelona, la embajada de México en la ciudad española colabora con el hospedaje y con las comidas.

Con el esfuerzo, Zúñiga acepta que los últimos 12 meses han sido muy productivos para los pequeños. “Este programa ha demostrado que existen alternativas en la educación, a pesar de todo lo que viven estos chicos”.

El entrenador de la Academia de Basquetbol Indígena de México (AMBI) reconoce que esto no es la solución, pero que funciona para que los jugadores puedan crecer en un mejor ambiente. “Sin la asociación, muchos de estos niños a los 13 o 14 años ya se hubieran casado. El 80 por ciento sale a otras ciudades del país o se va de indocumentado a Estados Unidos, y bueno… es la historia que se repite. Otro caso puede ser la violencia, que se hubiera apoderado de ellos”.

Sergio confía en que estos niños ya tienen un chip distinto y está seguro de que los pensamientos de los pequeños se ubican en los estudios y el deporte. “En la comunidad ya no se habla de violencia”.

El trabajo realizado con los indígenas ha hecho del entrenador en “un nuevo ser humano”. “Al estar con ellos me di cuenta que la vida de esta región me ha hecho más humano. Me abrió los ojos y fui más agradecido con lo que tenía. Me siento orgulloso de ser parte de un cambio en una sociedad que estaba deteriorada”, refiere.

Prepara 2017. Sergio Zúñiga espera que el próximo año sea igual de productivo que 2016. “Tenemos un calendario lleno de eventos que nos pone contentos”.

A finales de febrero, el equipo viajará a Monterrey. Cuatro meses después estará en Celaya. “De ahí nos prepararemos para el torneo en Barcelona”, donde intentarán regresar con el bicampeonato.

En julio, su destino será Orlando, en la competencia más difícil para ellos. También estarán en Aguascalientes, para cerrar la agenda en los eventos nacionales.

“Lo más importante es que los niños estén unidos, sigan adelante y que se conviertan en un ejemplo para otras generaciones”, concluyó el entrenador.

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