Nueva York.— La suspensión de cuatro partidos para el quarterback de los Patriots de Nueva Inglaterra, Tom Brady, por su participación en el caso de los balones desinflados en el partido por el título de la Conferencia Americana (AFC), fue confirmada por el comisionado de la NFL, Roger Goodell.

Al hacer el anuncio del castigo, Goodell comentó que surgió nueva evidencia: el mismo día en el que Brady fue entrevistado por Ted Wells y su equipo de investigadores, el jugador instruyó a su asistente para que destruyera el teléfono celular que empleaba desde noviembre de 2014, un periodo que incluía el partido por el título de la AFC contra los Colts de Indianapolis y las semanas subsecuentes.

La NFL dio a conocer por medio de un comunicado que Brady ordenó destruir el teléfono celular, a pesar de que estaba advertido de que los investigadores del caso le pedirían tener acceso al mismo para revisar los mensajes de texto y otra información electrónica que estuviera almacenada.

Durante su audiencia de apelación, el pasador de los Patriots dijo que es su costumbre destruir su teléfono celular y su tarjeta SIM cada vez que adquiere un equipo nuevo.

Goodell expresó por medio de un comunicado de la Liga que Brady “fue mucho más allá de simplemente fallar en cooperar con la investigación, lo cual simplemente reforzó el hallazgo de que quiso ocultar evidencia de su propia participación en el esquema”. Basados en el reporte de Wells y la evidencia presentada en la audiencia, Goodell también aseguró que Brady estaba consciente, y que apoyó en todo momento las acciones de sus compañeros de equipo y otros integrantes de los Patriots, para que pudieran desinflar los balones de juego por debajo de los límites permitidos.

Durante los argumentos, la Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA, por sus siglas en inglés) pidió que no se hiciera pública la información de que Brady destruyó su celular, sin embargo la Liga se negó a ello.

Brady le autorizó a la NFLPA apelar su caso ante una Corte federal, en donde busca obtener una orden que le permita jugar mientras su caso se turna a la Corte. Los representantes de Brady y de la NFL entablaron un diálogo, pero no consiguieron concretar acuerdos, lo que no sorprende.

Brady, de acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, se mantiene firme con su postura de que apelará la suspensión y que cualquier castigo debe especificar que es por fallar en la cooperación con la investigación de la NFL y no por infringir el reglamento de la Liga con respecto al aire de los balones. Redacción

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