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Tener de visita a un equipo europeo en México es motivo de fiesta... y negocio. El precio de los boletos para presenciar el duelo entre Cruz Azul y Porto en el estadio Azul rondaba entre los 740 y los 2 mil 250 pesos. Dicha situación se vio reflejada en las gradas del coso de la colonia Noche Buena, donde el lleno de las butacas no se pudo dar, 18 mil 40 fue el número de aficionados que asistieron.

Era tal la ausencia de seguidores, que la reventa no pudo hacer su agosto como es costumbre y los boletos fueron vendidos a su precio original.

En las inmediaciones del Azul, las playeras pirata del equipo lusitano costaban entre 250 y 350 pesos. La sensación que causaba el cuadro portugués era notable. Desde su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, los Dragones generaron un caos que impactó a los mismos jugadores. Ayer no fue la excepción. Al llegar al estadio, el equipo portugués volvió a enloquecer a la afición celeste.

El mexicano Jesús Manuel Corona y el campeón del mundo, Íker Casillas fueron los más vitoreados. “Casillas, una foto por favor”, fue algo de lo que gritaban los seguidores con emoción.

“¿Ya empezó el partido?”, gritaban dos aficionados de manera irónica. La primera mitad terminó sin goles y el espectáculo llegó hasta el entretiempo. Increíblemente, un show de pirotecnia fue lo que emocionó más al público capitalino.

Al minuto 35 ingresaron Miguel Layún y Héctor Herrera entre gritos, aplausos y rechiflas. Otro de los pocos momentos de mayor emoción en las gradas. Mañana toca el turno a Guadalajara, en el estadio Chivas.

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