El Barcelona se despidió de la Liga de Campeones al empatar con la Juventus de Turín (0-0) y no poder voltear el 3-0 con el que los italianos llegaron al Camp Nou, para jugar la vuelta de los cuartos de final.

Tras la histórica remontada ante el Paris Saint-Germain en la anterior ronda, cuando volteó el 4-0 de la ida con un memorable 6-1, el sueño de una segunda hazaña consecutiva en la máxima competición europea se esfumó para los blaugrana por su falta de puntería y la buena defensa de la Vecchia Signora, que estará entre los cuatro mejores del continente.

A dos tantos de alcanzar los 500 oficiales como culé, Lionel Messi ni siquiera encontró el acierto para quebrar la muralla defensiva de Massimiliano Allegri.

El astro argentino lo intentó de todas las maneras. Y firmó las mejores ocasiones de su equipo. Todas salieron desviadas. Aunque con dignidad y un buen partido en líneas generales, al Barça no le quedó más remedio que despedirse del torneo que más deseaba.

Los dirigidos por Luis Enrique Martínez nada tuvieron que ver con el errático e inanimado equipo que compareció en la ida. Y su afición, pese a la eliminación, lo reconoció con una ovación de gala.

El entrenador blaugrana recuperó el 4-3-3 y a Jordi Alba para intentar abrir el juego por las bandas. Y casi todo sucedió por el carril del internacional español, siempre buen aliado de Messi.

Sobre todo a partir del primer cuarto de hora de partido, cuando el Barcelona pudo superar la presión inicial de la Juventus, que salió decidida a marcar pronto.

Con Gerard Piqué y Sergi Busquets imperiales, los locales firmaron unos primeros 45 minutos más que dignos, sin dejar que la permisividad del árbitro los descentrara en exceso.

El descanso llegó sin la anotación que querían los de Luis Enrique para alimentar el sueño de la remontada y sin que los italianos lograran ampliar la ventaja lograda en la ida.

Las ocasiones se sucedieron en el área de Gianluigi Buffon con la misma constante: la falta de puntería. Por poco o mucho, casi todos los disparos del Barcelona salieron fuera del arco italiano.

Mientras el Camp Nou coreaba a los hombres de Luis Enrique y reconocía su esfuerzo a golpe de bandera y aplauso, los italianos rubricaban, con firmeza, su pase a las semifinales de la Champions.

Como la pasada campaña, el Barça se despidió de Europa en cuartos. La revitalizada Juventus de Allegri, entre los cuatro mejores del continente, sueña ya con alcanzar la final. 

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