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Austin “Jack” Warner llegó a ser el hombre fuerte en la FIFA de Joseph Blatter. Tras presidir la Federación de Trinidad y Tobago alcanzó el ascenso a sillas más grandes y poderosas como la de Concacaf, donde mandó por 21 años.

Además del impulsó que representó en Trinidad y Tobago, por sus manos pasaron importantes recursos destinados al resto de la región del Caribe, manejo que con el paso de su gestión fue cuestionado.

Con el escándalo de corrupción en FIFA, Warner fue suspendido de por vida. Incluso, boletinado por la Interpol hasta por cinco cargos de fraude. Al respecto, Emilio Maurer, ex directivo de la Federación Mexicana de Futbol, recuerda al trinitario como una “persona seria. Todas las relaciones que tuve con él fueron positivas, también para Francisco Ibarra (ex presidente de Femexfut de 1990-93). Siempre tuvimos una relación muy buena con Warner y también con Chuck Blazer (ex secretario general de Concacaf), lo que queríamos en ese tiempo era el permiso para que México entrara a Copa América y Libertadores”, dijo Maurer en charla telefónica con EL UNIVERSAL.

Maurer se dijo sorprendido porque la imagen del caribeño pasó a la de un lobo en traje de cordero.

“Después salieron a relucir los fraudes. No sabíamos de eso, la relación fue sana. De amistad, hubo comidas —no digo que no—, regalos que se le dieron, pero todo a la luz del día”, recordó. “No sabíamos de sus cosas chuecas, deshonestas, con una Concacaf que ha dejado mucho que desear, con torneos donde sólo hacen dinero”.

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