Pese a que la directiva de los Jaguares de Chiapas no realizó una protesta oficial o alguna solicitud de inhabilitación, el defensa del Guadalajara, Jair Pereira, aún no está exento de ser castigado por el severo codazo propinado a Jonathan Fabbro, atacante argentino de los felinos sureños.

A través de un comunicado, la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol anunció que abrió una investigación “de oficio” por la acción en la que, según reportes oficiales del club chiapaneco, el sudamericano resultó con siete fracturas distintas en la nariz.

Marco Antonio Ortiz, árbitro del cotejo en el que los dirigidos por Sergio Bueno se impusieron a las Chivas (4-3) en el estadio Víctor Manuel Reyna, no se dio cuenta del hecho, por lo que el capitán del Rebaño Sagrado ni siquiera vio la tarjeta amarilla, sin importar que Fabbro no pudo jugar los minutos finales a causa del constante sangrado que presentó.

La resolución del caso debe darse durante los siguientes días y se vislumbran un par de escenarios para el defensa central: de dos a tres partidos de suspensión por agresión o que permanezca inhabilitado hasta que Fabbro se encuentre en condiciones óptimas para volver a jugar.

Ayer por la mañana, el talentoso elemento de los Jaguares fue intervenido quirúrgicamente de las lesiones provocadas por el golpe que le fue asestado.

Apoyo especial. La modelo paraguaya Larissa Riquelme, pareja sentimental de Fabbro, se trasladó a la Ciudad de México para acompañar al futbolista en la operación por las fracturas que le ocasionó el golpe de Pereira.

Mediante sus redes sociales, la “Novia del Mundial Sudáfrica 2010” mostró imágenes en las que se le vio junto a su pareja, justo antes de que ingresara al quirófano.

De entrada, Fabbro está prácticamente descartado para jugar ante el Cruz Azul.

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