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Arremangado hasta los codos, con las manos en la cintura y la mirada clavada sobre el césped. Durante los minutos finales, el español Francisco Jémez personificó a la frustración.

Esta vez no hubo demasiados aspavientos. Fue como si, poco a poco, empezara a resignarse. Porque su Cruz Azul volvió a arrinconar al adversario, pero se quedó con las manos vacías. Enésimo capítulo de la tétrica historia que ha acompañado a La Máquina en ya casi dos décadas. El 1-0 en favor del Atlas, reflejado por el vetusto marcador electrónico del estadio Azul significó una nueva daga en el ya desangrado corazón del pueblo celeste.

Nueve... Y los que faltan. Los Cementeros están a un partido oficial de llegar a la decena sin victorias (cinco empates y cuatro derrotas). El de ayer resultó especialmente doloroso, porque los Zorros lucían como contrincantes ideales para salir de la mala racha, tomar oxígeno en la tabla de cocientes y hasta meterse de lleno a la pelea por un sitio en la fase final. Simples utopías.

Los dirigidos por José Guadalupe Cruz tenían nueve meses y medio sin llevarse un cotejo de Liga fuera del estadio Jalisco (cuatro empates y ocho derrotas), pero esa es la historia del Cruz Azul contemporáneo: revivir a quien sea, incluso aquellos que lucen en agonía.

Estado que comienza a invadirle. Es cierto que aún restan 10 encuentros en la fase regular del Clausura 2017, pero su gente ya vio demasiadas veces esta película... Y el desenlace le desgarra. Es por eso que los abucheos aparecieron desde el minuto 35 de la primera mitad. Ya no hay mucha paciencia.

Se acentuaron tras la jugada que marcó la diferencia. El lateral derecho Antonio Madueña se deshizo de dos adversarios y metió aquel servicio al área cementera. El resto, cortesía de Fidel Martínez y el zaguero Omar Mendoza, quien nunca supo cómo marcar al “Neymar Ecuatoriano”. Zurdazo (41’) que resquebrajó corazones azules.

Varios rojinegros también fueron exprimidos con la aparatosa lesión que costó al meta argentino Óscar Ustari dejar el lienzo verde. Cayó mal después de buscar un esférico con el contención Gabriel Peñalba. Luxación de codo izquierdo, pese a la oportuna atención del médico de campo José Gutiérrez, quien intentó colocarlo en su sitio de inmediato.

Costosa victoria del Atlas, que mantiene su hegemonía en la antigua Ciudad de los Deportes. Ya suma cinco presentaciones sin derrota en el hogar celeste (tres victorias y dos igualadas).

Auténtica bocanada de aire para un grupo que halló tréboles de cuatro hojas en ambas áreas, porque el delantero uruguayo Martín Cauteruccio envió un disparo al larguero y otro al poste derecho del marco jalisciense. Eso sí, el silbante Adonai Escobedo juzgó fuera del área una clara falta de Mendoza sobre Martín Barragán que era penalti.

Detalle que imprimió dramatismo a la nueva causa de dolor cruzazulino. La Máquina volvió a dejar el corazón en pos de obtener un mejor resultado. No le alcanzó.

El equipo dirigido por Jémez no gana desde el 7 de enero. Ya son 43 días y nueve partidos oficiales sin hacerlo (cinco empates y cuatro derrotas). Por eso, el español personificó la frustración... Esa que ha vuelto a invadir a los Cementeros.

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