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Una mañana de 1997, Enrique Meza dirigía su primer entrenamiento como director técnico de los Diablos Rojos del Toluca.

En plena charla con su equipo apareció un hombre de edad avanzada pero de caminar garboso, que con su sola presencia inspiraba respeto. Era don Nemesio Díez Riega, dueño del Toluca. Llegó frente a Meza y antes que otra cosa le pidió: “Enrique, por favor, que el balón ruede a favor del Toluca”.

Orden que fue tomada el pie de la letra, pues de la mano del profesor, los Diablos salieron del infierno, volviéndose un club grande, volviéndose un protagonista permanente del futbol mexicano.

“Don Nemesio... —recuerda Meza—, un gran hombre. Lo traté muy poco fuera del campo. El primer día que lo vi me dijo esa frase, frase que hice mía, porque si el balón rueda a favor de tu equipo es que la tenemos en nuestro poder y de esta forma podemos hacerle daño al rival. Muy sabio el hombre”.

Enrique Meza es el máximo ganador de títulos como técnico de los Diablos, gracias a la confianza que le tuvo el empresario. “Un día perdimos una semifinal... Fui a ver a Valentín [hijo de don Nemesio] y me dijo: ‘ve a ver a mi papá’, y le contesté... ‘no, me va a regañar’, pero fui a su casa. Fue la única vez que estuve con él a solas. Me habló de su vida, del partido no... y no me regañó”.

En el 97, Meza estaba sin trabajo. Acababa de perder la final con Toros Neza y los Diablos se interesaron en él. “Había buenos jugadores. Estaba José [Cardozo], Fabián [Estay], Quique Alfaro, José Manuel Abundis, Víctor Ruiz, David Rangel, Toño Taboada; después vino Carlos María Morales, ‘Sinha’ [Antonio Naelson], Mané [Ferreira], Mario Albarrán”.

La leyenda cuenta que el ‘Profe’ fue elegido con base en “papelitos”. “Había cinco personas y cada una de ellas podía dar tres nombres escritos en tres papelitos. Al final de esos quince papelitos salí nombrado yo”.

Los papelitos no se equivocaron, y los títulos llegaron.

El primero fue contra Necaxa, en el Verano del 98. “Habíamos perdido 2-1 la ida, fuimos a Toluca y de inmediato nos metieron dos goles. Cuando llegó el segundo, por la banda le digo a Taboada: ‘Toño, serénense, en cualquier momento metemos gol’ y mira, él lo metió”.

En el Verano de 99 llegó el segundo venciendo en penaltis al Atlas y en el Verano de 2000 el tercero frente al Santos Laguna, el último en vida don Nemesio: “Fuimos a llevarle el trofeo, estaba en el hospital y... ya no salió. Pasé a verlo con el trofeo en la mano. Ya no podía hablar, pero sé que se emocionó muchísimo”.

Sin tener como favorito un campeonato en lo particular, el del Verano de 98 fue trascendental para Meza. “Había perdido una final contra el ‘Tuca’ Ferretti. Parecía que era normal, porque siempre me habían dicho que yo no podía... Al final, cuando se logró ese título, yo mismo dije... Sí puedo, sí puedo”.

Enrique Meza ha dirigido varios equipos en su carrera, pero no duda en decir que: “Sí, mi corazón es un poco rojo y no cometería un pecado al aceptarlo”.

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