Chapecó, Brasil.— Dos meses después del accidente aéreo en el que murieron 19 de sus futbolistas, el Chapecoense volverá a jugar hoy un partido de futbol, en un amistoso en su estadio, frente al actual campeón brasileño: el Palmeiras.

El modesto equipo de Chapecó (estado de Santa Catarina, sur de Brasil) se ha ganado la simpatía de todo el mundo futbolístico tras la tragedia aérea ocurrida la noche el 28 de noviembre en Colombia, cuando se disponía a jugar la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional.

Tanto la plantilla del primer equipo, como el organigrama técnico y directivo del club, han tenido que ser reemplazados a raíz del accidente, en el que —además de 19 futbolistas— murieron 14 miembros de la comisión técnica y nueve directivos del club.

El principal responsable del nuevo Chapecoense es Rui Costa, director ejecutivo que fue el elegido para iniciar la nueva etapa, en sustitución de Mauro Stumpf, una de las 71 víctimas del accidente.

“Es un escenario difícil, totalmente diferente a lo que ya me enfrenté. Ya pasé por clubes que necesitaban contratar cinco jugadores o reducir costos. Tuvimos que montar prácticamente un equipo entero. Además, perdemos profesionales de apoyo, el Centro de Inteligencia del futbol. Quien murió sabía datos relacionados al club. El desafío es muy grande”, asegura.

Junto a él, el responsable de comandar el equipo será Vagner Mancini, un director técnico de 50 años de edad con amplio recorrido en los banquillos brasileños y experiencia en grandes del país como el Santos, el Cruzeiro y el Botafogo.

Tras la tragedia, la mayoría de clubes brasileños ofreció la cesión de jugadores al Chapecoense e incluso se habló de que el equipo tendría garantizada —durante tres años— la permanencia en la Serie A, algo que el propio club rechazó.

Veteranos como el islandés Eidur Gudjohnsen o el argentino Juan Román Riquelme (ya retirado) se ofrecieron para jugar en el “Chape”. Incluso, el nórdico invitó públicamente a hacer lo mismo a Ronaldinho.

El club, sin embargo, apostó por la juventud para rehacer el equipo, una propuesta poco habitual en Brasil, cuya Liga ha sido bautizada como el “Cementerio de elefantes”, por la gran cantidad de veteranos que actúan en ésta.

Con una media de edad de 24 años, el Chapecoense realizó 23 fichajes para hacer el equipo. 

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