El Barcelona encarriló hoy su pase a las semifinales de la Copa del Rey al vencer 1-0 a la Real Sociedad en Anoeta, donde no ganaba desde 2007.

Le bastó un penal anotado por Neymar y un extraordinario esfuerzo defensivo para lograr tan ventajoso resultado dentro de un duelo que decepcionó por su falta de espectáculo. Fue un encuentro sin ocasiones y prácticamente sin jugadas para el recuerdo, aunque sumamente gozoso para un Barcelona que defenderá su renta la próxima semana en el Camp Nou para pasar de ronda en el torneo.

El partido resultó mucho más áspero de lo esperado. El Barcelona antepuso la seriedad a la imaginación, y jugó sin riesgos. Por su parte, la Real Sociedad acusó un exceso de motivación, de adrenalina, y perdió más pases de lo que figura en su código. El conjunto azulgrana ganó con su versión más física.

Lo único que ocurrió en la primera mitad fue el gol del Barcelona, que a la postre sería el único del choque. A los 21 minutos, Neymar entró en el área y recibió una improcedente patada de Elustondo, un penal claro que se encargó de transformar el propio jugador brasileño.

La Real Sociedad nunca entró en ritmo antes del descanso y se enredó en protestas al árbitro. En la primera parte le faltó pausa en el centro del campo y algo más del mexicano Carlos Vela, quien forzó para reaparecer tras su lesión de rodilla. Por su parte, el Barcelona puso cabeza agarrado al manejo de balón de Andrés Iniesta y Messi, aunque sin demasiada voluntad atacante.

El Barcelona salió en la segunda parte sin Iniesta por molestias musculares, y lo notó enormemente. Su ausencia dejó sin balón al equipo azulgrana y el control pasó a ser de la Real Sociedad. Lo que hizo el Barcelona en la segunda parte fue defender.

Lo que le faltó al conjunto vasco fue generar ocasiones. A pesar de su dominio no generó oportunidades. Lo más llamativo del Barcelona fue su trabajo defensivo. Todos trabajaron, y especialmente Neymar, que tapó siempre las subidas de los interiores locales. Esta vez el Barcelona se impuso por esfuerzo antes que por talento.

En el otro encuentro jugado hoy, el Atlético de Madrid puso pie y medio en las semifinales al golear 3-0 al Éibar en un poderoso ejercicio de eficacia que encontró la colaboración enemiga.

El conjunto rojiblanco marcó el único gol de la primera parte en la única ocasión -y casi ni eso- de peligro. A los 28 minutos hubo una falta frontal puesta en el área, Yoel cometió un terrible error en la salida y Griezmann remató en dirección a la red.

A los 60 minutos, Yannick Carrasco llevó adelante una lucha en solitario contra toda la defensa visitante, que no encontró la forma de despejar el balón. En la sucesión de rebotes apareció Correa para empujar a la red en mitad de la satisfacción de la hinchada local.

La sentencia del encuentro, y probablemente de la eliminatoria, ocurrió a los 67 minutos en un saque de esquina pésimamente defendido por el equipo vasco. Por el palo alejado apareció Kevin Gameiro, quien apenas llevaba cuatro minutos en el partido, para cabecear a un metro del arco.

hgm

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