Seattle.— ¿Qué pasa cuando en el América todo falla, cuando la táctica de Nacho Ambriz, la de ‘matar o morrir’, llega al límite?

América tiene que recurrir a quien más sangre, a quien más futbol posee.

A Rubens Sambueza.

Tan iracundo como buen futbolista, el argentino naturalizado mexicano rescató a las Águilas de la catástrofe, para en dos ocasiones, alcanzar y dejar el partido empatado a dos goles frente al Seattle Sounders en el duelo de ida por los cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, y esperar la vuelta a celebrarse el próximo miércoles en el Estadio Azteca, con la ventaja que da el haber marcado de visita.

No fue un buen partido del América, el juego fue rescatado más con base en garra y corazón que futbol. Es verdad, la cancha sintética del CenturyLink Field no ayudó a hacer buen futbol, el árbitro anuló un gol legítimo al equipo mexicano, pero aún así, la prosapia americanista, combinada con el pobre juego del rival, hacía suponer una victoria hasta cierto punto sencilla, pero otra vez, la falta de atención defensiva y el desborde desmedido a la hora de atacar, desbalanceó al equipo de Ambriz, que tuvo que ser rescatado por su capitán, por ese jugador que lo mismo mete un servicio de gol, que tira a puerta contraria, que lo mismo lucha por una pelota en medio campo que recorre 50 metros para ayudar a defender, que lo mismo comete una locura y se va expulsado. Así es ‘Sambu’.

Después de minutos iniciales de agobio, América recompuso el camino. Darwin Quintero al fin se acordó de sus tiempos en Santos y se puso a jugar, mas la onza estaba del lado del Seattle y la tuvo Clint Dempsey, el actual símbolo del futbol de Estados Unidos.

Antes de finalizar la primera parte anotó un golazo de tiro libre, pero América contestó rápidamente cuando Sambueza le puso un servicio medido a Quintero para empatar. Las Águilas fueron por el triunfo, Peralta y el mismo Darwin se cansaron de fallar, pero Dempsey no, y de un cabezazo volvió a poner en ventaja a los estadounidenses.

El horizonte se oscureció para el América y las nubes presagiaban tormenta, hasta que de nuevo apareció Sambueza, y de sus pies salió el pase medido para Peralta que estiró la pierna para empujar la pelota a la portería y dar al América una feliz vuelta a casa, donde espera redondear su pase a la siguiente ronda.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses