Guadalajara.— En un equipo de futbol profesional, el aprendizaje va acompañado muchas veces de gritos. No se trata de algo malo. Es parte de crecer. Los más experimentados suelen elevar la voz para orientar a los jóvenes. Chivas no es la excepción. Y el defensa central Miguel Basulto ve con buenos ojos los regaños.

—¿Los más grandes cómo los orientan, qué les aconsejan?

“Siempre, obviamente, nos dan mucho apoyo, esa confianza de hacer lo que nosotros mejor sabemos hacer. Nos tratan de quitar un poco la presión, pero también nos exigen y creo que eso es muy importante porque a final de cuentas nos adaptaremos más rápido”.

—¿Un grito o un regaño les puede servir a ustedes los más jóvenes?

“Claro, sí creo que cualquier regaño o lo que quieras… pero también siempre diciendo cómo hacer las cosas. No nada más se necesita regañar por regañar, sino que también decirle en dónde se está cometiendo el error y qué debe hacer para corregirlo”.

—En este club, hay líderes que levantan la voz cuando algo no se hace bien, como Omar Bravo o Carlos Salcido, ¿ellos qué te han dicho?

“Simplemente me piden que dé lo mejor de mí. De igual forma, yo también siempre trato de dar lo mejor e involucrarme cada día más con el grupo y ver la manera de aportar, dentro y afuera del terreno de juego”. César Huerta

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