La lluvia torrencial que cae sobre Buenos Aires no ha impedido que miles de hinchas de River Plate tomaran durante horas el centro de la capital para celebrar su triunfo en la Copa Libertadores.

Con banderas de River, camisetas y hasta fuegos artificiales, los millonarios tomaron literalmente el Obelisco porteño, histórico punto de encuentro para festejar los éxitos deportivos.

River Plate venció anoche por 3-0 a Tigres en el encuentro de vuelta de la Copa Libertadores, tras empatar sin goles en la ida, y se consagró campeón de la Copa Libertadores luego de 19 años, lo que desató el festejo eufórico de sus simpatizantes.

A los pocos minutos de finalizado el partido, y a pesar de la tormenta, una bulliciosa multitud se acercó al Obelisco porteño para celebrar la victoria y tomó el centro de la ciudad hasta bien entrada la madrugada.

En el estadio 'Monumental', que con una capacidad superior a las 60 mil personas lució repleto, cientos de simpatizantes corrieron frenéticamente por los pasillos y las calles aledañas para saludar a los jugadores.

Los hinchas millonarios habían agotado rápidamente las entradas para el encuentro y, en la reventa, se llegó a pedir hasta 20 veces el valor de las entradas.

Incluso, la Justicia local allanó las oficinas de un sitio web que facilitaba la compraventa de localidades.

Fueron muchos los hinchas que viajaron desde el interior del país hasta Buenos Aires y aguardaron largas colas para llegar al 'Monumental' y descubrir que las entradas que habían comprado por internet eran falsas.

Para los que consiguieron entrar, el esfuerzo mereció la pena.

"Es algo hermoso e inexplicable", resumía Nicolás Sánchez, uno de los tantos 'millonarios' que disfrutó del partido en el estadio.

"Marcelo Gallardo (el entrenador del River Plate) ganó todo. Hay que agradecerle toda la vida a Gallardo, después del mal momento que pasamos en la segunda división, esto es un sueño", agregó Sánchez.

"Ahora vamos a Japón y nos traeremos la Copa (del Mundial de Clubes) y cartón lleno", pronosticó Justo José de Urquiza, que acudió al estadio junto a su nieto, que nunca había visto al River Plate campeón de la Copa Libertadores.

Ganar la Libertadores ha sido "una sensación única" para Bruno Ovaller, que ahora se prepara para seguir con atención a su equipo en Japón, donde deben "jugar con el Barcelona y dar todo".

El River Plate jugará en diciembre el Mundial de Clubes, para el que también se ha clasificado el Barcelona, y de ganar sus respectivos partidos se enfrentarían en la final, el 20 de diciembre.

jlc

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