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Los Pumas sacan una “manita” para bailar a los Rojinegros. Guillemo Vázquez disfruta esa danza, tiene una sonrisa que pocas veces se le ve. La seriedad la deja a un lado para aplaudir la goleada de sus Pumas 5-0 al Atlas.

Del otro lado, Gustavo Matosas, el estratega zorro, se queda con la mirada fija y una sonrisa nerviosa que denota frustración. Su equipo es una mala broma cuando se trata de defender.

Matías Britos se convirtió en toda una celebridad en Ciudad Universitaria. Fue capaz de hacer un doblete que resucita a Universidad (6 pts.) que comenzaba a hundirse en la tabla de posiciones y la porcentual.

Jolgorio en el estadio Olímpico. La tribuna baila de felicidad, porque su equipo gana, gusta y golea . El ariete uruguayo de los auriazules abre ese camino a la alegría felina. Los Rojinegros (3pts.) de un técnico que presume ir al frente, se ha “comido” ocho goles sin respuesta en sus últimos dos partidos. Su propuesta ofensiva es más una venta de humo que una verdad.

Tras el partido ante Puebla se hablaba de un vestidor roto en Pumas. Britos y David Cabrera casi llegan a los golpes, luego de perder con La Franja.

Se presagiaban tiempos difíciles. Pero esa fea estampa que dejó Universidad en el estadio de los Lobos BUAP quedó olvidada apenas en el primer minuto del partido de anoche.

El propio Matías llegó puntual a una cita con el balón para hacer el primer gol de la noche. A un pase de Eduardo Herrera, el delantero auriazul atinó a rematarlo sin problema.

La posibilidad de que la tensión entre los integrantes universitarios se diluyó de inmediato. La anotación más rápida del Apertura 2015 fue un bálsamo para los capitalinos.
Comenzó así la diversión auriazul en su propio feudo, en el que han hecho ocho goles en sus dos presentaciones debajo de la Torre de Rectoría [3-0 para Pumas sobre Monterrey en la jornada 1 del torneo].

Al minuto 24, la fiesta continuó para los universitarios. Britos volvió a llegar a tiempo a un centro de Ismael Sosa. El Olímpico de CU volvió a estallar de felicidad por ver a su equipo pleno, sin contratiempos, contundentes.

Vino el héroe de siempre, el ídolo que no acaba de agotarse para orgullo de la “hinchada” de los felinos que cantaba muy orgullosa.

“Oe, oe, oe, oe, Verón, Verón”, era el coro al unísono, luego de que Darío, el capitán puma colocó el tercer gol de una noche mágica de tono azul y oro. Los bailes en la grada de cemento se incrementaron. Ciudad Universitaria grita jubilosa cada vez que el veterano zaguero encuentra el gol (44’).

La goliza estaba escrita. Los Pumas, no obstante, demostraron la inclemencia que todo técnico quiere. Vázquez planteó de la misma forma agresiva que en el primer tiempo.

Un servicio de Fidel Martínez se convirtió en el póquer de anotaciones para la localía. Ismael Sosa remató con la testa al minuto 72.

Matosas no lo podía creer. Su equipo estaba desmoronado. Atlas nunca tuvo una reacción positiva ni algo que pudiera acercarse a una señal de vida futbolística que pusiera decoro alguno en el marcador.

El ‘Neymar Ecuatoriano’ quiso su gol y lo encontró. Faltaban nueve minutos para el final y el habilidoso atacante encontró su diana (81’).

Gol que terminó por completar la “manita” de puma con la que los Zorros terminaron bailados. Universidad revive con la fiereza suficiente para humillar al Atlas de Gustavo Matosas.

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