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Héctor A. MoralesEnviado
hector.morales@eluniversal.com.mx

La pregunta les es incómoda a los jugadores de los Tuzos. En cuanto se les cuestiona acerca del presunto racismo que ejercieron en contra del cuarto árbitro Adalid Maganda, el rostro se les endurece, como si fuese un tema prohibido.

De hecho, en la Bella Airosa lo es. La directiva del Pachuca silenció a todos los integrantes del club en torno del asunto. Pocas palabras expresan para zanjar la presunta discriminación.

“Nos dijeron que ya está arreglado, que ya no habláramos de eso”, dice con tono seco el lateral derecho de la escuadra blanquiazul, Rodolfo Pizarro.

Al no aclarar si él y el resto de sus compañeros hicieron sonidos de mono para burlarse de Maganda, se le insiste para que ahonde.

—¿Escuchaste algo, realmente sucedió o no?

“Fue un malentendido, nada más. No podemos hablar de eso”.

—Entonces ¿sí hubo algo?

“Fue un malentendido”.

Diego Alonso, entrenador de los Tuzos, es otro de los que también evade declarar sobre el “mal comportamiento” que la cédula arbitral reportó a la Comisión Disciplinaria, tras el duelo entre los hidalguenses y Atlante por la Copa MX.

“No voy a opinar sobre eso, no tengo nada que decir. Los jugadores tienen un comportamiento muy bueno, es lo único que tengo que decir”, rechaza el director técnico uruguayo. 
Joaquín ‘Shaggy’ Martínez asegura que no vio ni escuchó algo que pudiera revelar lo ocurrido en el vestidor pachuqueño en contra del juez originario de Acapulco, Guerrero

“La verdad, no supe qué pasó, estaba concentrado en mis cosas, ya no me enteré de lo que sucedió o de lo que interpretó el señor árbitro. Estaba vendándome, no supe. Sería injusto que dijera algo de lo que en realidad no sé qué pasó”, señala.

El defensor se mantiene en la línea  de no comentar nada. Pachuca no aclara ni rechaza que haya habido conductas racistas contra un silbante.

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