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Chicago.— Trinidad y Tobago dio un golpe de autoridad al derrotar 3-1 a Guatemala, en acciones del Grupo C de la Copa de Oro.

Nunca antes la frase, más alto, más rápido, más fuerte se hicieron presentes en la cancha del Soldier Field, pues gracias a sus cualidades físicas fue que los trinitarios se llevaron el juego, ante unos chapines de buenas intenciones, pero con pocas armas para hacer frente a los caribeños.

En apenas 25 minutos, los caribeños liquidaron el juego con tantos de Sheldon Bateu; Cordell Cato y Joevin Jones. En la segunda parte, Carlos Ruiz acortó distancias, pero no fue suficiente.

Guatemala juega bien, a tocar y moverse, pero lo hace al ritmo de como se jugaba en los años 70. El 10 se coloca detrás de los delanteros y no se desplaza de ahí, el delantero centro no sale del área, los contenciones no se tiran al ataque.

Y no es que Trinidad practique un futbol muy moderno, sólo que saben cuáles son sus cualidades y las explotan. Como son más altos, juegan mucho por lo alto; como son más rápidos, tiran la pelota a lo largo; como son más fuertes, no le temen ir al choque.

Así nacieron sus goles durante el primer tiempo del juego.

Frustrado, Guatemala se lanzó al ataque sin conciencia del futuro. Abrió la defensa y los caribeños aprovecharon la avenida una y otra vez, mas la falta de puntería no dejó sumar más goles.

Sin nada que perder, los chapines salieron en el segundo tiempo a tratar de que la derrota no fuera tan escandalosa. Trinidad se replegó, dejó que el rival creciera. Pero el mal arbitraje de Concacaf se dio a notar. Una mano en el área y un claro penalti sobre Carlos Ruiz no fueron marcados.

Mas el ‘Pescadito’ no se quedó de ‘aletas cruzadas’. El goleador histórico de Guatemala comandó al equipo en el intento de la hazaña. Acortó el marcador con un gran tiro al ángulo entrando al área, pero no fue suficiente.

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