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El líder nace, no se hace, pero Andrés Guardado, con el paso del tiempo, se ha ganado esa categoría en la Selección Nacional.

Después de muchos años de gobierno de Rafa Márquez en el Tri, tanto que ya le llamaban el ‘Patrón’, en estos momentos se vive un ‘Principado’, puesto que Guardado es ahora quien lleva la cinta, el gafete, el de la  batuta y la voz fuerte, el mandón del equipo tricolor que comanda Miguel Herrera.

Le gusta, le agrada estar al frente de un equipo lleno de líderes, de hombres comprometidos, un equipo que conforma, se dice, la mejor generación mexicana de la historia.

Y lo más importante es que son amigos, tanto dentro como fuera del terreno de juego.

“Definitivamente es una gran responsabilidad traer el gafete de capitán, pero al mismo tiempo es fácil”, menciona el volante, convertido ahora en pieza clave del esquema de Miguel Herrera en la Selección y del PSV Einhoven de Holanda, que dirige el ex mundialista Philppe Cocu.
“Es una gran responsabilidad, porque es mi Selección, pero al mismo tiempo es fácil, porque somos amigos”, complementa orgulloso.

Pero aún así, con la amistad por delante, Andrés es capaz de alzar la voz en los momentos clave, en los instantes en que alguien necesita algo más que poner... “Con el perdón de la palabra, pero si necesitamos decir: ‘Oye cabrón, métele aquí’, tienes que hacerlo, pero de igual manera hay respeto a la trayectoria de cada quien, ya que somos profesionales, confiamos en cada uno, en sus cualidades, este grupo sabe cuáles son sus responsabilidades dentro y fuera de la cancha”.

Así que él es el líder, pero lo mejor dentro de todo un conjunto, de un grupo que tiene un fin común, “es que haya 23 líderes, 23 jugadores que sepan gritar, que sepan en que momento apretar y en que momento apoyar. Yo llevo el gafete, pero aquí todos jalamos parejo”, asegura el zurdo de 28 años y quien va por su tercera participación en Copa de Oro, un torneo que México debe ganar sí o sí.

Para eso, la escuadra mexicana refuerza lo que se aprendió en el juego ante Costa Rica, refuerza el cambio como arma, no como recurso.

“Se oirá a otra cosa, pero el anterior juego nos sirvió de mucho para saber en que nivel veníamos. Para nosotros fue un partido de pretemporada, como este que vendrá contra Honduras”, asegura Andrés.

Sabe que para el encuentro ante los catrachos podrían venir algunos cambios en el cuadro, pero esté quien esté en la cancha “debemos de vernos igual y mostrar mejoría”.

“Se vio en el juego del sábado, los que entraron ayudaron mucho. Oribe [Peralta], aunque no tuvo muchos minutos, mostró lo que puede dar con ese pase a [Miguel] Layún, el ‘Gallito’ [José Juan Vázquez], que bárbaro, es un todo terreno, a [Jorge] Torres Nilo, que entró al final, es muy difícil pararlo. Se ve que hay equipo. Con el trabajo llegaremos muy bien al juego contra Cuba”, que es justamente el que inicia la actividad real, la actividad por la Copa de Oro, torneo en el que, como capitán, Andrés Guardado quiere levantar y glorificar el ‘Principado’ que se vive hoy en la Selección Nacional.

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