Adrián González apaga las alarmas. El primera base mexicano de Dodgers de Los Ángeles sostuvo que ya no siente los dolores en el codo derecho que ponían en predicamento su participación en el próximo Clásico Mundial de Beisbol.

En entrevista para el portal de las Ligas Mayores, González dijo que espera jugar, siempre y cuando reciba el visto bueno de los médicos de los Dodgers. México debutará ante Italia el 9 de marzo en el estadio Charros de Jalisco. Puerto Rico y Venezuela son los otros equipos en esa llave.

“Yo estoy planeando jugar”, dijo el primera base y bateador zurdo, cuyo hermano mayor, Edgar, es el manager de México.

“Es lo que espero. Hemos tomado todas las precauciones indicadas. Los doctores tienen que dar su aprobación, así que veremos”, añadió el cañonero mexicano.

Parado al lado de su casillero en el clubhouse de los Dodgers, González tenía una unidad de estimulación eléctrica amarrada alrededor del codo. En estos momentos, su programa de trabajo incluye fortalecimiento de piernas y torso, acondicionamiento cardiovascular y tratamiento.

Cuando se le preguntó si todavía tenía algún dolor relacionado con la tendinitis que le ha afectado desde la temporada muerta, González dijo, “Estoy bien. Me siento muy bien [del codo]”.

Mientras que en el campamento de los Dodgers, el sinaloense Julio Urías se siente tranquilo por la forma en que el equipo ha llevado su carrera.

Los Dodgers quieren proteger el brazo de Urías, después de que el joven lanzara 80.1 innings en 2015 y pasara a tirar 127.2 episodios en 2016. Para poder limitar sus entradas y tenerlo disponible en septiembre y octubre, se está ponderando que se quede en Arizona y abra la temporada regular en entrenamientos extendidos. Otra estrategia sería ponerlo en la rotación del equipo grande y limitarlo en entradas.

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