Las quejas por la transmisión de Chivas TV se dejan ver por todos lados. Las redes sociales, arma favorita de Jorge Vergara se vuelven en su contra: “Devuélvanme mi dinero, esto se traba”, escriben por Twitter... “Me voy a quejar a la Profeco”, resaltan en Facebook... Hasta que sucedió.

Minuto 66, Chivas al abordaje, centro que es rechazado, la pelota va al centro, fuera del área donde Néstor Calderón la toma a bote pronto para mandarla justo a la base inferior del poste derecho, lo suficientemente esquinada para que el larguirucho portero del Monterrey, Alexander Domínguez, no llegue.

Llegó el triunfo.

El gol hace explotar el estadio Chivas, y hace que las quejas por la mala señal se olviden, y se pierdan en la algarabía del triunfo.

El Guadalajara ha vuelto a ganar, y eso hace que Chivas TV sea un éxito, a pesar de las malas formas, las interrupciones en la transmisión y caídas de sistema.

Otra vez, el futbol vence al negocio, la pasión tapa la ambición.

En lo meramente deportivo es verdad, si hubo un equipo que mereció ganar el juego fue el chiverío. Monterrey ha comenzado el torneo de forma lenta, muy mermado anímicamente, parece que el equipo de Antonio Mohamed aún no se repone de haber perdido la final el torneo anterior ante Pachuca.

Sin hacer un gran juego, el Guadalajara hizo lo suficiente para vencer. Fue el equipo que más tuvo el balón, fue el equipo que más propuso, fue el que más quiso y al final, querer fue poder.

Monterrey no entregó el juego así nada más, de entrada puso en serio peligro la zaga rojiblanca que surfió la baja, dicen que por problemas personales, de Carlos Salcedo, quien sin explicación oficial dejó la concentración, dando pie a los rumores que lo mandan al futbol europeo.

Rofoldo Cota se agigantó en el amanecer del partido, para que Funes Mori no hiciera daño, y a partir de ahí el equipo de Matías Almeyda se hizo del balón para, como primer punto, para quitarle la peligrosidad a los Rayados y como segundo, para tratar de hacer daño.

Una y otra vez las Chivas se estrellaron ante la muralla regia que rechazaban los intentos de Carlos Peña, Isaac Brizuela y el ‘Avión’.

Pero Néstor tenía que sacar en algún momento las alas.

Llegó el momento preciso en el que el balón y el pie se encontraron para hacer gritar a todo un estadio y a todo un pueblo al que le quitaron el gusto de ver por televisión abierta a su equipo, del que se sienten parte porque está conformado por puros jugadores nacidos en el país y que rehuyen a las reglas de la Federación más preocupada por los números que por lo que sucede en cancha.

El gol de Calderón no hizo despertar a Monterrey que pareció importarle poco ir abajo en el marcador. Tibios fueron los intentos por reaccionar. Rodolfo Cota no volvió a sufrir en mayor medida algún ataque peligroso y el tiempo se volvió el mejor aliado de los tapatíos que se abrazaron a la victoria necesaria y obligada después de haber perdido el primer juego del torneo ante los Pumas el domingo pasado en Ciudad Universitaria.

Cuando llegó el silbatazo final del partido, los aficionados de las Chivas respiraron tranquilos, porque vieron que su equipo a falta de futbol mostró alma, la cual es importantísima en estos momentos de ambición.

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