Cuando Víctor Manuel Vucetich le informó que sería titular en la vuelta de las semifinales ante el Pachuca, en lugar de Ronaldinho, Ángel Sepúlveda sólo se concentró en la importancia del juego. Sabía que pensar en el astro que dejaría en la banca podría ser perjudicial.

Nacido en Apatzingán, Michoacán, y formado como jugador en el Morelia, el veloz atacante sabe que se ha ganado un sitio dentro de la alineación del Querétaro en el momento más importante en la historia del club.

“Sinceramente, hice bien las cosas en Pachuca [durante la ida], así es que me visualizaba [como titular el domingo], pero estaba tranquilo, confiado de que tengo la capacidad para dar mi mejor esfuerzo cuando estoy en la cancha y tratar de ayudar al equipo”, comparte. “Considero que hice lo de siempre, porque soy un jugador entregado al máximo”.

“Al final, terminé acalambrado. Gracias a Dios, se me dio marcar, que es importante para ayudar al equipo, pero siempre voy a resaltar primero el trabajo colectivo”.

Para el que su aporte fue clave. El ‘Rey Midas’ hizo dos modificaciones con relación al primer juego de la serie con los Tuzos: Ángel sustituyó a Ronaldinho y el juvenil Jaime Gómez relevó a Antonio Naelson ‘Sinha’.

A ambos chicos no les asustó entrar en lugar de genuinos hechiceros y afirman estar preparados para volverlo a hacer a partir de esta noche, dentro de la final del Clausura 2015 ante el Santos.

“Somos un equipo. Acá, todos pueden hacer las cosas muy bien”, presume Sepúlveda. “Sólo se trata de aprovechar los momentos cuando se me dan”.

“Me tocó en una semifinal de vuelta, con el marcador adverso, se veía difícil, pero cuando salí a calentar, vi a la gente y me transmitió confianza, las ganas de salir adelante”.

Por lo que jamás pensó en que ocuparía el sitio de la máxima figura mediática en la hoy llamada Liga MX. Padeció para consolidarse con los Monarcas, el Atlante y hasta los Gallos Blancos, por lo que no desaprovecharía la posibilidad de marcar diferencia a la hora cero.

Lo hizo desde el primer minuto con esa velocidad, arrojo y olfato goleador que le caracterizan. Óscar Pérez le hurtó la anotación durante los primeros segundos, pero no pudo hacer algo en aquel desborde que también dejó indefensos a Aquivaldo Mosquera y Miguel Herrera Equihua.

Ha hecho 15 tantos en el máximo circuito. Ninguno había sido tan importante, pero anhela con que llegue —al menos— otro contra los Guerreros.

“Es un gol que significa mucho, pero el de mi vida... No sé”, ataja. “En la final, vamos a buscar hacer el del campeonato para que sea el de mi vida”.

Y demostrar que Vucetich no se equivocó al emplearlo en lugar del mago de la enigmática sonrisa.

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