Uno de los retos más difíciles que puede afrontar un diseñador es tomar las riendas de una prestigiada firma de moda. Ya sea que su antecesor ha ya realizado una labor sobresaliente o que la encomienda sea recobrar el esplendor de la misma, las expectativas y miradas de la industria siempre estarán depositadas en él, y Stefano Pilati es uno de los pocos hombres en el mundo que conoce a la perfección lo que implica un desafío de esta naturaleza.

Transcurría 2004 cuando el diseñador asumió la dirección del sello Yves Saint Laurent, en sustitución del renombrado Tom Ford, de quien fuera su mano derecha. Por entonces Pilati tenía 34 años y las dudas sobre el trabajo que realizaría no se hicieron esperar. Después de todo, se trataba del futuro de una de las firmas francesas más importantes del globo. A partir de entonces, el creador desempeñó un papel importante al frente de la maison. Ocupó el puesto durante ocho años, hasta que los ejecutivos decidieron prescindir de sus servicios, en 2012, para colocar a Hedi Slimane en su lugar.

Tan sólo unos meses después de su salida, el diseñador originario de Milán, Italia, fue contratado por la firma Ermenegildo Zegna para hacerse cargo tanto de la división de ready-to -wear femenina, como de la primera línea masculina y del segmento Couture. “Su incorporación obedece al reto de combinar nuestra tradición en sastrería con una nueva visión de la moda para hombre”, declaró en aquel entonces Gildo Zegna, presidente del grupo.

Hace unos días se anunció que el italiano abandonaría su cargo, sólo unas semanas después de haber presentado la colección Otoño/Invierno 2016. De acuerdo con el directivo, el creador cumplió de manera satisfactoria con los objetivos impuestos en un principio, los cuales eran “reforzar nuestra presencia en el mundo de la moda y convertirnos en una de las firmas de referencia en el calendario de la Semana de la Moda de Milán”, compartió a través de un comunicado.

El siguiente paso

Hoy en día (al menos en el mundo de la moda) no hay renuncia que no esté acompañada de rumores o polémica. La de Pilati no es la excepción. Varios medios especializados barajean ya el nombre del italiano como sucesor de Alber Elbaz en la casa francesa Lanvin. Su buena reputación entre los críticos de la industria, su gusto por la elegancia y su entendimiento de la silueta femenina lo colocan en una posición adelantada para tomar el control de este sello francés, que es referente importante del ready-to -wear femenino y el lujo contemporáneo, así como protagonista de numerosas red carpets en todo el mundo.

Pilati, quien a lo largo de su carrera ha formado parte del equipo de firmas como Miu Miu, Prada y Giorgio Armani, ha demostrado ya su talento y experiencia para sacar a flote reconocidas casas de moda. Será cuestión de tiempo para saber si el italiano se convertirá en el redentor de Lanvin o de algún otro sello que agonice por la ausencia de una cabeza de diseño.

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