Se burlaban de ella. Era la más alta de su clase y ese lunar que hoy vale más de 100 millones de dólares la hacía sentir como si tuviera que usar una bolsa de papel para esconderse. En la cabeza adolescente de Cindy Crawford nunca brilló la corona de las típicas prom queens de preparatoria; el ícono del modelaje del siglo XX nunca fue la clásica porrista que todos miraban durante los partidos de futbol.

Era una niña de diez. Su padre —un electricista que abandonó la escuela para trabajar y mantener a su familia— solía premiar a sus hijos con algunos dólares cuando obtenían buenas calificaciones, pero con Cindy era distinto. Ella era tan brillante que lo habría dejado pobre. Entonces le propuso algo: si al salir de la preparatoria obtenía puros dieces, le regalaría 250 dólares, así sin más.

Los primeros ahorros de Crawford no llegaron del bolsillo de papá. En 1995, Forbes publicó que era la modelo mejor pagada del planeta, pero a finales de los 70 no era más que una chica que contaba las monedas que ganaba en un trabajo de verano. La misma Cindy, que como sirena de marfil hechizó la alfombra roja de Cannes en 2013, alguna vez trabajó el campo: pasaba sus mañanas y tardes sobre sus rodillas, partiéndose la espalda, mientras recogía maíz y se bañaba en tierra de sol a sol.

Sólo durante los años 90 fue fotografiada por más de 600 revistas, pero en 1982 Cindy Crawford no planeaba ser modelo. Cuando cumplió 16 y un fotógrafo local le pidió que posara para él, ella pensó que era una broma. Y así, con el click de un obturador, dejó de ser demasiado alta y ese lunar dejó de ser un defecto en su rostro color miel.

Durante un par de años, Crawford hizo malabares para estudiar y modelar a la vez. En un siglo XXI sobrado de cabezas huecas con cuentas de Instagram millonarias —Kendall Jenner, Cara Delevigne, Gigi Hadid—Cindy Crawford era todo menos el cliché de la niña guapa con cero coeficiente intelectual: al terminar la preparatoria, sus calificaciones le valieron 250 dólares y la sonrisa de su padre.

Una supermodelo es aquella que aparece en la portada de todas las revistas del mundo al mismo tiempo, dijo Claudia Schiffer un vez. ¿Hoy quien puede lograrlo? A excepción de Gisele Bündchen, es probable que el nombre de otras modelos contemporáneas se olviden con los años. No bastan los ángeles alados ni los followers de Twitter para pasar a la historia en la industria de la moda.

En 1998, la revista Time fue contundente: las supermodelos han muerto. Según la publicación, sólo hay seis mujeres que de manera oficial puedan catalogarse como tal: Christy Turlington, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Cindy Crawford, Claudia Schiffer y Kate Moss. Hace casi 20 años que apareció aquel artículo y ya desde entonces se despreciaba esta nueva ola de adolescentes que cobran demasiado por desfilar en una pasarela y no tienen ni pizca de glamour.

Una supermodelo no sólo debe cobrar por pisar una pasarela; también debe ser creativa, porque no se trata de colgarse ropa, sino de saber diferenciar las prendas de cada diseñador. Lo dijo Naomi Campbell, que brilla en un outfit y otro y otro —tanto como Crawford— y por ello ambas llevan casi 30 años como las favoritas de una industria que aparenta aplaudir la superficialidad y sin embargo sólo preserva la sustancia, el profesionalismo, la vocación.

Linda Wells, quien por 24 años fuera la editora en jefe de la revista Allure, ha dicho que Crawford es única porque su hermosura es clásica y trasmite el más puro estilo norteamericano. Por su parte, Herb Ritts —uno de los fotógrafos más célebres de la industria, que comenzó a trabajar con Cindy desde los 80—lo resume en una sola frase: “ella te da todo con sólo mirar a la cámara”.

Hace más de tres décadas que Crawford posó por primera vez para una publicación. Tenía 16 años y le bastó la perfecta armonía de un bikini a rayas con su cuerpo alargado y melena alborotada para volverse memorable. El resto es historia. Este mes la modelo cumple 50 años, y aquí enlistamos 15 de los momentos más significativos de su carrera para recordar por qué nunca existirá otra modelo como ella.

1986

Por primera vez posa para la portada de la edición destadounidense de Vogue. Era el mes de agosto y fue fotografiada con Richard Avedon, quien se volvería clave en su carrera.

1988

Muchas de las fotos que Herb Ritts capturó se volvieron icónicas. En ellas la modelo lucía tan sensual como elegante. Ésta fue para la portada de Playboy, revista para la que ella volvió a posar.

1989

No hay supermodelo que no haya pasado por la lente de Patrick Demarchelier. Aquí Crawford posa para la edición británica de Vogue para un feature que retrataba a las top 5 de aquel entonces.

1990

En enero de este año, posa en una de las fotos más icónicas de la industria junto a Naomi Campbell, Linda Evangelista, Tatjana Patitz y Christy Turlington para la portada de la edición británica de Vogue.

1991

Quizá nadie recuerda lo que sucedió durante la entrega 63 de los premios Óscar, pero nadie olvida el vestido rojo de Versace que Crawford lució al llegar con Richard Gere.

El desfile de Otoño de 1991 de Versace fue inolvidable. El momento clave fue cuando Crawford caminó con Linda Evangelista, Naomi Campbell y Christy Turlington mientras cantaban Freedom! '90.

1992

Saltó a la fama mundial con el comercial de Diet Pepsi que se transmitió por primera vez durante el Super Bowl de este año. Se estima que más de mil millones de personas lo han visto.

Vogue retrató a la pareja más importante de aquella época y Richard Gere (entonces marido de Cindy) se convirtió en el primer hombre en aparecer en la portada de dicha publicación.

1993

Crawford posa junto a la también icónica Claudia Schiffer y el diseñador alemán Karl Lagerfeld al final el desfile de Chanel que tuvo lugar en París.

1995

La modelo desfila con Karen Mulder y Eva Herzigova para mostrar la colección Primavera/Verano 1996 de la colección ready-to-wear en tonos pastel de Hervé Léger, en París.

Crawford fue la imagen de portada de la primera edición de la revista George. Uno de sus fundadores fue John F. Kennedy Jr. y se enfocaba en lograr que la política fuera interesante para una mayor audiencia.

1999

Posa desnuda para la portada de W Magazine poco antes de tener a su primer hijo, Presley, con Rande Gerber con quien se casó en 1998, tres años después de divorciase de Richard Gere.

2009

Deborah Anderson la retrata para la portada del libro Room 23. En éste posaron otras celebridades, y el volumen fue obra de la filantropista Diana Jenkins.

2013

La modelo de 47 años camina por la alfombra roja en el marco del Festival de Cannes 2013 y luce un vestido blanco de Roberto Cavalli.

2016

Las tres Top en la nueva campaña de Balmain.

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