El ambicioso proceso de restauración que se preveía efectuar en la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial chino, entre 2002 y 2020 tuvo que ser interrumpido en 2014 debido a la mala calidad de los trabajos de renovación que se estaban acometiendo, reconoció el responsable de este recinto, Shan Jixiang.

En declaraciones que hoy publica el diario South China Morning Post, Shan, director del Museo del Palacio, admitió que las obras de restauración se interrumpieron en ese año debido a las "chapuzas" que obreros sin la necesaria especialización habían realizado.

"Si hubiéramos seguido así, los edificios habrían quedado dañados por las reparaciones, una responsabilidad histórica que no nos podíamos permitir", señaló Shan, máximo responsable del monumento desde el año 2012.

Según explicó, el principal problema radicó en que las obras de restauración se adjudicaron a empresas que no tenían trabajadores cualificados en sus plantillas y que los subcontrataban a sueldos muy bajos, muchas veces campesinos sin experiencia en la construcción y menos aún en reconstrucción de edificios históricos.

Shan precisó que la inadecuada protección laboral de este tipo de trabajadores a lo largo de los años hizo que se perdieran muchos artesanos responsables de conservación en la plantilla del museo, que fueron sustituidos por emigrantes de otras provincias cuyo trabajo presentaba peor calidad.

Por ello, el responsable del monumento pidió al Gobierno mayores partidas presupuestarias para garantizar que se usen los mejores materiales.

En 2015 Shan ordenó el comienzo de la restauración de uno de los recintos de la Ciudad Prohibida, el Salón del Cultivo Mental, en el que ya se utilizaron trabajadores cuidadosamente seleccionados y mejores materiales.

El salón, donde residieron ocho emperadores, ahora sólo puede ser visitado parcialmente (los turistas sólo pueden verlo a través de unas mamparas de cristal), pero tras la restauración podrán acceder a un 90 por ciento del recinto.

Esta restauración durará cuatro años y medio, el triple de lo planeado con los estándares anteriores.

Cuando Shan llegó a la dirección de la Ciudad Prohibida hace cuatro años, ya se denunciaron varios problemas de gestión del museo que habían llevado precisamente a la destitución de su antecesor, Zheng Xinmiao, tras 10 años en el cargo.

Entre ellos, la rotura de una valiosa pieza de porcelana en un descuido de un investigador, y el robo de nueve cajas de oro y plata del museo.

La Ciudad Prohibida fue la residencia de los emperadores de las dinastías Ming y Qing entre 1420 y 1911, y actualmente también se está restaurando su muralla exterior, debido a grietas y problemas en sus cimientos que según Shan hacían necesaria una reparación de emergencia.

nrv

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