Más de 50 piezas dedicadas al dios azteca Xipe Tótec, quien representaba la regeneración de la naturaleza espiritual en las personas, se exhiben a partir de hoy en el en esta capital.

La muestra Xipe Totéc y la regeneración de la vida, que también hace referencia al culto de esta deidad en la Cuenca de México y otras zonas de Mesoamérica, conjunta la investigación de Carlos Javier González y González, y la gestión curatorial y producción museográfica del Templo Mayor.

Al inaugurar la colectiva, la directora del espacio museístico, Patricia Ledezma Bouchan, comentó que el objetivo de esta exposición es presentar por primera vez a uno de los dioses más enigmáticos y a la vez más impactantes del panteón mesoamericano: Xipe Totéc.

Dijo que gracias al estricto rigor académico de González y González, así como al manejo de fuentes y evidencia arqueológica, “se revela la terrible complejidad de Xipe Totéc, no solo para la sociedad mexica, sino para el mundo mesoamericano”.

Indicó que durante su fiesta, se imploraba por los dos pilares que sostenían el imperio tenochca: eficacia agrícola y guerrero, y agregó que la eterna dualidad casi obsesiva del mexica se plasmó en el Templo Mayor y que este museo ha reproducido fielmente.

Ledezma Bouchan señaló que durante las fiestas del Tlacaxipehuacliztli se ofrecían a Xipe las mejores mazorcas para garantizar una buena cosecha, y al mismo tiempo a los guerreros más capaces y distinguidos capturados en batalla.

El tema, dijo, es trascendental para comprender la visión mesoamericana del mundo; la íntima relación entre la guerra y la agricultura, la importancia de su fiesta para los mexicas, así como la pasión que González le imprimió a su investigación, fueron los motores para que se decidiera organizar la presente muestra dedicada a ese deidad prehispánica.

La muestra profundiza en la relación entre la agricultura y la guerra, encarnada en esta deidad y se compone por ejemplares de Xipe Totéc, provenientes de diferentes partes del país: Monte Albán, Oaxaca; Costa del Golfo, Veracruz.

También, en Teotihuacán, Apaxco y Chalco, Estado de México; así como de fuentes documentales que representan a Xipe Tótec en su advocación como el Tezcatlipoca Rojo; de igual manera, la exhibición enfatiza en esta divinidad en la Cuenca de México y en Mesoamérica en general.

Para González y González, durante muchos años circuló la idea en el ámbito académico de que el dios Xipe Tótec fue un numen importado a la Cuenca de México por los mexicas, y que su veneración, se propago en Tenochtitlan con posteridad a la derrota que infligieron a Azcapotzalco en 1430. “Sin embargo, la evidencia arqueológica apunta a que es una deidad mucho más antigua y extendida en Mesoamérica, tanto que se han ubicado representaciones suyas en territorio salvadoreño.

Entre la colección que conforma la muestra, destaca la presentación por primera vez de una escultura de cerámica de Xipe Tótec, elaborada hacia 900-1150 d.C., y que fue descubierta en el 2009 en un terreno colindante a la valla perimetral de la Zona Arqueológica de Tula, en Hidalgo.

También figuran un par de efigies localizadas por Alfonso Caso en Monte Albán, del periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.). En ellas se identifican atributos que mantendría el dios pasados los siglos.

Apoyada con recursos visuales, la exposición, revela a conexión de la fiesta Tlacaxipehualiztli con otra igualmente importante dentro del calendario ritual mexica, la de Ochpaniztli, dedicada a la diosa madre y que guardaba estrechas semejanzas con la Xipe Tótec, pero en este caso las víctimas desolladas eran mujeres.

nrv

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