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En el número 46 de la Plaza de la República, en la colonia Tabacalera, una cafetería dedicada a Porfirio Díaz desafía el discurso revolucionario que evoca el monumental mausoleo dedicado a los héroes de la Revolución Mexicana. Abierta en 2010, justo en el Centenario de dicho movimiento armado, Don Porfirio Caffe apareció como una propuesta “poco aceptada” en ese espacio de referencia para la lucha armada que lo derrocó, pero con el tiempo se ha convertido también en un espacio de encuentro, de tertulia. Y es que, al final, pareciera que alrededor del Monumento de la Revolución y su explanada todas las propuestas caben.

Tras su restauración en 2010, este monumento que originalmente fue ideado para ser la sede del Palacio Legislativo, se ha convertido en un espacio de referencia para los habitantes de la ciudad, ya sea como un sitio de convivencia y de esparcimiento, como un espacio para las expresiones artísticas o como una tribuna política. Así como en septiembre de 2013 esa plaza fue tomada por los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para un plantón en contra de la Reforma Educativa que duró meses, a principios de este año fue el sitio que acogió la réplica de la Capilla Sixtina, una de las obras maestras del arte universal, y hasta hace una semana fue el centro de atención de cientos de citadinos al acoger la instalación de un arcoiris láser, de la artista neoyorquina Yvette Mattern, en el marco del Festival Internacional de las Luces Filux 2016. Y aunque no haya eventos masivos, el monumento se ha convertido ya en uno de los sitios preferidos por las familias y jóvenes cuyo mayor atractivo es saltar y jugar entre las fuentes de agua que brotan del piso.

“Este espacio siempre se ha considerado como el ombligo de la colonia Tabacalera, es un cruce de importancia porque une dos partes de la ciudad y el Monumento a la Revolución es como un imán que ha revalorizado esta zona y que debería seguir haciéndolo para recuperar otros espacios, como el Frontón y el sindicato Nacional de Ferrocarrileros”, dice en entrevista el arquitecto Rubén Ochoa Ballesteros.

Al pie del moderno elevador que le fue colocado en 2010 y que rompe con la vista que desde ahí, dice, se generaba sobre Avenida de la República hasta la Alameda, el también cronista de la zona recuerda que hasta finales del siglo XX el Monumento a la Revolución era todavía un venerado mausoleo que ahora se ha convertido en una plaza lúdica, “menos ceremoniosa”, con actividades “a veces incoherentes y alejadas del objetivo con el que fue edificado entre 1933 y 1938 por el arquitecto mexicano Carlos Obregón Santacilia”. Creo, dice, que muchos ya no se acuerdan que es un cementerio de los héroes, “para eso fue creado en los años 30, pero en la última década acabó siendo una plaza de recreo. Habría que ver a cuántos les gustaría que enfrente de la tumba de sus abuelitos jugaran a las mojadas”, expone.

No obstante, dice, es un hecho que ese espacio recuperado se ha convertido en un “generador de cultura”, en “un imán para atraer gente”.

Tres décadas del Museo. Aunque oculto en el sótano del monumento y de la plaza, el Museo Nacional de la Revolución y su colección también es uno de los atractivos que atrae al público hasta esta parte de la ciudad. Inaugurado el 20 de noviembre de 1986, el recinto, que este domingo cumple 30 años de vida, es un espacio obligado para conocer y entender el nacimiento, desarrollo y culminación de la Revolución.

“En cuestión histórica, abarcamos desde la Reforma porque para hablar de la Revolución Mexicana primero tenemos que conocer cómo era México... Abarcamos todas las partes, sin tendencias ni prejuicios para que cada uno de los visitantes pueda crear su propio criterio sobre el tema”, señala Miguel Enríquez Troncoso, museográfo del recinto.

Ahí, bajo el resguardo del gran monumento, las vitrinas y pare

des de este museo cuentan a través de unos 400 objetos, que se exhiben de manera permanente, la historia de la Revolución, sin dejar de lado la historia de la construcción de esta pieza arquitectónica.

Los objetos en exposición permanente son cerca de 400, entre documentos, maquetas, banderas, utilería de la Revolución y material hemerográfico, pero en total este museo cuenta con un acervo que ya asciende a unas 3 mil 500 piezas, muchas de ellas obtenidas por donaciones. “Tenemos algunas banderas y armas prestadas por el Ejército. Hay objetos de papel, de cuero; tenemos documentos, vestuario, piezas de uso cotidiano, máquinas de escribir, hasta armas”, detalla Enríquez Troncoso.

El museógrafo explica que la mayor parte de esta colección se ha logrado gracias a donaciones o acuerdos de comodato entre el museo, instituciones y descendientes o familiares de quienes participaron en el movimiento armado. Una tradición que, dice, se ha mantenido desde que se ideó el proyecto museográfico original, en 1986.

La idea de crear este museo, recuerda el museográfo, se dio después de que el entonces gobierno del Distrito Federal ordenó una revisión de los cimientos del monumento para verificar que no se registraran daños por el terremoto de 1985.

En esos recorridos, dice, los trabajadores descubrieron los sótanos de lo que iba ser el Palacio Legislativo. Hasta entonces, aquel espacio estaba desaprovechado, por lo que las autoridades dispusieron construir ahí un museo dedicado al movimiento armado. El 20 de noviembre de 1986, el espacio fue inaugurado.

Para conmemorar su 30 aniversario este domingo, el museo alista una serie de actividades, entre conciertos, presentaciones y visitas guiadas especiales. Además, el 25 de noviembre próximo abrirá una exposición dedicada al Congreso Constituyente. Titulada Las ideas de los Constituyentes, la muestra incluirá objetos y documentos personales de quienes participaron en la creación de la Carta Magna, así como fotografías, material hemerográfico y fílmico.

“No vamos a hablar en sí de lo que fue la Constitución, sino de las ideas que estos diputados llevaron, vamos a ver las escenas en donde están trabajando o de las reuniones de los diferentes grupos para tratar cada uno de los artículos o temas”, adelanta el museógrafo.

La muestra abrirá el próximo viernes, en la sala de exposiciones temporales del recinto. Los horarios: de martes a viernes de 9 a 17 hrs.; sábado y domingo, de 9 a 18:30 hrs.

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