El arqueólogo aseguró que tras 38 años de excavaciones ininterrumpidas en las inmediaciones del , en la Ciudad de México, la búsqueda de vestigios continuará para confirmar y ampliar el conocimiento en torno a los mexicas.

De visita en Monterrey, donde ofrecerá la conferencia “Hallazgos recientes del Templo Mayor”, el coordinador de las excavaciones iniciales en la antigua Tenochititlan, expuso que desde 1978 se han descubierto más de 40 de los 78 edificios descritos por Bernardino de Sahagún.

Señaló hay unas 500 fichas bibliográficas sobre el Templo Mayor, cuyo acervo descubierto, tan sólo en los últimos cinco años suma entre 40 mil y 50 mil objetos, desde vasijas, máscaras, cuentas de collar, telas de algodón perfectamente conservadas y concha nácar.

Lo anterior, aunado a una cantidad impresionantes de flora y fauna, que incluye fósiles de águilas, jaguares, pumas, monos, tortugas, peces, dientes de tiburón y púas de mantarraya, entre otros especímenes.

Todo a partir del descubrimiento de los vestigios de la Diosa de la Luna Coyolxauhqui, el 21 de febrero de 1978, cuando obreros de la desaparecida Compañía de Luz y Fuerza del Centro realizaban trabajos en esa zona y dieron con la piedra grabada, con 3.25 metros de diámetro, con lo que inició el proyecto Templo Mayor.

El maestro en Ciencias Antropológicas por la Escuela Nacional de Arqueología e Historia (ENAH) y la UNAM, indicó que , plataforma sobre la que se colocaban postes de madera para atravesar cráneos decapitados.

Es una ciudad debajo del Centro Histórico y donde escarbemos, van a aparecer vestigios”, por lo que “nuestro trabajo continúa y seguirá”, ahora esta labor la encabeza el arqueólogo Raúl Barrera.

“Por lo menos hay alrededor de 20 tesis que se están realizando sobre los hallazgos de Templo Mayor, vamos a presentar un libro sobre el oro a finales de este mes”, adelantó Matos Moctezuma.

Sobre la duración de los trabajos, el especialista confió en que perduren por mucho tiempo, “porque al final lo que estamos investigando es nuestra propia historia, entonces vale la pena continuar”.

El trabajo realizado es relevante y se sigue realizando con el apoyo de diversas disciplinas de la investigación, toda vez que la arqueología mexica se supeditaba mayormente a escritos y no a vestigios, concluyó.

rqm

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