A diferencia de cualquier coleccionista, Dr. Lakra no va por los mercados en busca de objetos específicos, de tesoros para conservar tal cual los encontró. Casi siempre se lleva objetos sin saber exactamente qué hará con ellos.

En manos de Dr. Lakra, el significado de esos objetos —juguetes, animales, figuras religiosas, reliquias y souvenirs— es otro; sufren superposiciones e intervenciones, se vuelven un collage. Eso se ve en la exposición Monomito que exhibirá a partir de este 6 de junio en Kurimanzutto, donde permanecerá hasta el 5 de septiembre.

“Hay muchos tipos de colección, la mía es un poco sin sentido, no tiene un tema, no hay reglas, no es coleccionar figuras de plástico de tal época; voy a los mercados a ver qué encuentro”, dice Dr. Lakra en entrevista.

Escultor, pintor y muralista Dr. Lakra encima piezas que alguna vez fueron un juguete, una reliquia, un decorado o un regalo de farmacia para los clientes. Lo que fue ternura, religión, objeto de culto se vuelve otra cosa, adquiere una pátina de humor, pierde la solemnidad, se torna escultura.

Son cuatro series las que Dr. Lakra incluye en la muestra de alrededor de 35 piezas: un grupo de collages sobre la pared; una serie de esculturas en bronce y cera que compara con los tótems de los indios de Norteamérica y Alaska; un grupo de bustos en yeso y resina que ha venido trabajando desde hace muchos años, y un fanzine que hizo una vez que terminó todas las piezas, y donde incluye textos de Joseph Campbell, autor de El héroe de las mil caras, y de quien deriva el nombre de Monomito: “Una teoría que sugiere que todos los mitos tienen la misma estructura, que tienen una correspondencia aunque sean de lugares distantes”.

La exposición Monomito es un juego, define el artista. Es resignificar y desacralizar aquello que fue motivo de adoración, o reanimar una cabeza de muñeca rota o un mighty monster. Hay recombinaciones: un monje budista con una cabeza olmeca; hay deformaciones: un político aparece en un busto como si de un clásico se tratara.

“Van mucho de la mano los juguetes, los mitos, los fetiches, los objetos religiosos; son parte de una sola cosa”.

Acudir al tótem es una manera de referirse al abuso y banalización de ciertos objetos que sirven para toda clase de parafernalia. “Es un fetichismo pensar que los objetos tienen un alma o una vida propia, que estás depositando la energía en ellos, viene ahí un sentimiento muy primitivo”.

Hay en esta exposición mucho de azar y accidente, de observación, tiempo y juego.

Para el trabajo de la escultura, Dr. Lakra trabajó con un taller especializado, pero siempre el principio de cada una de las piezas fue el dibujo. “Mezclar es resignificar, jugar con eso. Estoy constantemente trabajando en mi estudio y de repente pasan estos casi accidentes, tengo un montón de material y el material te va llamando”.

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