La Fura dels Baus estrena hoy en la recién inaugurada Seine Musicale de París "La Creación" de Joseph Haydn, una composición pasada bajo la óptica de uno de los seis directores de la compañía, Carlus Padrissa, que pone en relación la creación del mundo, el cuerpo humano y el ADN.

Padrissa propone una revisión de "La Creación" del austríaco Haydn (1732-1809), que finalizó en 1791 después de haber trabajado en ella durante dos años, en la que relata la creación del mundo inspirándose en textos como el Génesis, el Libro de los Salmos y El paraíso perdido de Milton.

A este imaginario bíblico, que comprende desde el caos original hasta el séptimo día de la creación, el miembro de la Fura dels Baus le suma la explosión cósmica que habría dado origen al Universo (Big Bang) y el ADN, "lo infinitamente pequeño", explica a Efe.

El montaje, de unas dos horas de duración, también pone en escena la figura del refugiado, central en la versión de Padrissa.

"Hemos incluido la idea del pecado original a través de los refugiados que, ya sea por la guerra, por la economía o por el clima, son expulsados del paraíso", que para el director teatral es el lugar "donde uno nace" y donde "lo suyo sería que se pudiera vivir bien", relata.

"¿Hay que hacer algo, no?", se interroga el miembro de una compañía que participó, el 18 de febrero, en una multitudinaria manifestación en Barcelona para pedir la acogida de refugiados con una "performance" en la que situaron unos chalecos salvavidas entre la arena del Mediterráneo, ese "Mare Mortum" del que habla Padrissa.

La obra está dedicada al innovador director artístico de ópera Gerard Mortier, nacido en Bélgica en 1943 y fallecido en 2014 a causa de un cáncer.

La obra se presenta en La Seine Musicale, un nuevo espacio construido junto al Sena al oeste de la capital francesa (en Boulogne-Billancourt), que inauguró el cantautor estadounidense y premio Nobel de Literatura Bob Dylan el pasado 21 de abril.

Padrissa incluye en su montaje elementos típicos de La Fura para crear un "espectáculo inmersivo", como cuando sitúa en ocasiones a los miembros del coro junto a la audiencia.

A estos recursos se suma una escenografía minimalista compuesta por una serie de pantallas blancas, un tanque de agua y unos enormes globos blancos llenos de helio que los miembros del coro mueven por la escena, simbolizando en ocasiones las partículas en expansión tras el Big Bang o una cadena de ADN.

La música es interpretada por Insula Orchestra, dirigida por Laurence Equilbey, y la ópera cuenta con la soprano Mari Eriksmoen, el tenor Benjamin Bruns y el barítono Daniel Schmutzhard como solistas, que encarnan a los ángeles Gabriel, Uriel y Rafael, así como a Adán y Eva.

Comparten escena con el coro francés Accentus, cuyos integrantes están equipados de tabletas electrónicas que les sirven a la vez como partitura digital y como elemento escénico, gracias al uso de vídeos y de la luz proporcionada por éstas.

Una obra que se estrenó en Aix-en-Provence (sureste de Francia) el pasado 14 de marzo y que tras pasar hoy y mañana por París, viajará al Theater an der Wien de Viena los días 15 y 16 de mayo, y, posteriormente, se representará en Ludwisburg y Hamburgo, en Alemania.

nrv

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