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La mezzosoprano letona Elina Garanca está convencida de que la carrera de una cantante debe desarrollarse por etapas. “Mi problema es que me aburro rápido en la vida...”, dijo ayer la cantante en conferencia.

La mezzosoprano, que ha pisado las principales casas de ópera del mundo, como la Ópera Estatal de Viena, donde se convirtió recientemente en la cantante más joven a ser honrado con un Premio Kammersängerin, confesó que ahora, a sus 40 años, quiere hacer otras cosas, y que después de enfocarse a cantar Mozart, Rossini y Bellini busca dedicarse a repertorios más pesados, como la Princesa Eboli en Don Carlos y Dalila en Sansón y Dalila.

Quiere hacerlo ahora que, señaló, tiene “la suerte de que mi voz todavía no ha llegado a su último punto. Estoy muy feliz de dedicar los próximos 10 años a este repertorio”, expresó.

Justo esa nueva etapa de la cantante se podrá escuchar en la serie de conciertos que ofrecerá por primera vez en el país. Mañana, a las 20 horas, se presentará en la Sala Nezahualcóyotl junto a la Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la dirección del estadounidense Constantine Orbelian.

El programa de este miércoles estará conformado por arias de Carmen, Sansón y Dalila, La doncella de Orleans, Cavalleria rusticana y La favorita. Romanzas de zarzuelas: El barberillo
de Lavapiés, El barquillero
y El niño judío. Obras orquestales de Mijail Glinka, Camille Saint-Saëns y Manuel de Falla. Un repertorio que, dice, busca reflejar la diversidad de su voz, técnica y musicalmente.

La artista estará el 14 en León; el 17 en Torreón, y el 20 en Alamos, como parte del Festival Alfonso Ortiz Tirado, donde será reconocida con la medalla que otorga ese encuentro.

Aunque aseguró que quiere dedicarse a esa nueva etapa, advirtió que es un proceso lento. “Es una cosa de capacidad técnica que necesitas traducir; no puedes soltar de un día a otro algo muy particular. Todavía sigo con Carmen, pero cada año añado una parte dramática”.

“Trabajo regularmente con mi profesor de voz, hablo con grandes directores de escena, leo, observo. Somos atletas, la condición corporal requerida es de un deportista, a la que sumamos lo esotérico, la espiritualidad, la intuición, la experiencia, la fantasía y la generosidad”.

La artista se dijo muy contenta de estar en México, país al que conoce por su música y sus cantantes. Se declara fan de Lila Downs, de Frida Kahlo y destaca su interés por el mariachi y la cultura maya. “Ha sido un país que siempre me ha encantado y ahora quiero verlo de cerca, Estoy encantada de estar en esta sala. Espero no decepcionarles”, dijo.

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