Clínica de Periodismo

Francisco Araiza, uno de los tenores más importantes de México, inició hace unos días una cátedra que lleva su nombre en el Conservatorio Nacional de Música.

La formación de cantantes, dice en entrevista con EL UNIVERSAL, es uno de las tareas que más le interesan, no así la dirección de la Ópera de Bellas Artes; además, dice, en el país es necesario crear compañías de ópera locales y destinar recursos para la creación de nuevos teatros y orquestas. “Si se asignara un presupuesto o se juntaran las suficientes personas para impulsar la ópera, para decir ‘lo hacemos’, entonces sí estaría yo en disposición de pensar estar al frente de un cargo público”, indicó.

La cátedra es un curso de especialización de dos años por generación que reúne a 12 alumnos del Conservatorio Nacional de Música y de la Escuela Superior de Música y se orienta a la disciplina del lied. El cantante explica que el proyecto había surgido hace dos años y medio a iniciativa del doctor David Rodríguez, rector del Conservatorio, pero fue detenida por recortes presupuestales y “se quedó la cátedra en estado de suspensión animada, en veremos, pero ya esa semilla se había sembrado”.

Fue en el concierto de “Tres Generaciones”, que se realizó el pasado junio en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, que resurgió el proyecto. “EL UNIVERSAL me entrevistó y me preguntó si no me gustaría formar cantantes de primer nivel, les dije que siempre me ha interesado y que hubo un proyecto que se inició con miras crear la Cátedra Francisco Araiza”.

Al concierto asistió María Cristina García Cepeda, directora del INBA, quien le preguntó por el proyecto: “Platicamos, le entregué el proyecto por escrito y al día siguiente me dije: ‘Se hace’, ya en comunicación con Rafael Tovar, secretario de Cultura (fallecido hace unos días)”, recuerda.

Explica que los recortes presupuestales para Cultura en 2017 no afectarán la Cátedra Francisco Araiza, pues el presupuesto para el proyecto estuvo calculado y aprobado desde el julio pasado. Sin embargo, reconoce que la falta de asignación de recursos dificulta el crecimiento de la ópera.

Araiza dice que le tocó presenciar el cambio de estructura de la ópera en México, vivir la desaparición de la temporada internacional de ópera, la sindicalización de la ópera nacional en Bellas Artes y el posicionamiento de plazas por cantantes. Plantea que la Ciudad de México necesita un teatro dedicado exclusivamente a la ópera, pero que es algo que no está contemplado en ningún plan hasta ahorita.

Sobre la administración actual de la Ópera de Bellas Artes, dice: “No sé qué hace ni a qué nivel está rindiendo. Lo que supe fue que les fue muy mal con Carmen, pero otras cosas aparentemente están funcionando bien así que no puedo dar una opinión. Sé que Lourdes Ambriz, la directora de la OBA, es una gran cantante, pero no sé cómo es su función”.

Finalmente indica que tiene planes de repetir el concierto de “Tres Generaciones”, tanto en Bellas Artes como en otras ciudades, así como una gira internacional.

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