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 Los caminos del compositor  y director de orquesta Eduardo Diazmuñoz han sido inesperados. Nunca soñó, por ejemplo, que terminaría trabajando en la Univesidad de Sydney para dirigir los programas de Maestría y Doctorado en Dirección Orquestal, y ser el director artístico y titular de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de esa institución. Escribir sobre los rumbos que ha tomado su vida, se convirtió en una necesidad. Así nació su obra Los inesperados caminos del espíritu, que mañana estrenará mundialmente en la Sala Nezahuacóyotl, dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

“El título está inspirado en la obra que hice para la película Espíritu de triunfo en 2010. Escribí mucha música para ese trabajo, pero como hubo cambios en el guión y diversas escenas fueron eliminadas, parte de la obra quedó inédita, así que decidí hacer una suite. Si bien tomé algunas ideas de lo que escribí para el filme, el desarrollo y la proporción que adquirió la convierte en una obra nueva. Estoy contento porque tiene proporciones que no me esperaba, son10 movimientos pero para su estreno mundial tocaremos seis. Es una obra dedicada a mi familia que habla sobre el espíritu  del ser humano y sobre los inesperados caminos de mi espíritu. Soy un hombre que ha tratado de mantenerse positivo hasta en los momentos más oscuros de mi vida”, dice en entrevista.

Y agrega: “El músico muere sobre la raya, no hay de otra, sobre todo si además eres intérprete. Compongo por la necesidad de compartir las mariposas que habitan en mi estómago y en mi cabeza, pero mi vida siempre me llevó a ser el intérprete de otros  y no me equivoqué. Los compositores viven de milagro, a menos que se dediquen a la música popular. Uno de mis sueños guajiros era ser capaz de dirgir 10 meses y componer en dos. A esta edad creo que ya no podré cumplir ese sueño, mi agenda no me lo permite, compongo cuando puedo”.

Diazmuñoz es considerado como uno de los mejores directores a nivel nacional, además ha destacado gracias a su amplia y reconocida trayectoria internacional: ha dirigido a más de 110 orquestas en 17 países. En México destaca su participación con la Filarmónica de la Ciudad de México, la Sinfónica del Estado de México y la Sinfónica Carlos Chávez. Tiene en su haber dos Discos de Oro y uno de Platino por sus ventas discográficas. En la ciudad de México no había dirigido desde 2012, también al frente de la OFUNAM. No descarta la posibilidad de volver al país.

“Si existieran las condiciones adecuadas, volvería. Es mi ‘matria’, quiero mucho a México, aunque me ataquen por tener tres nacionalidades (mexicana, española y estadounidense). Este es mi terruño, el lugar en donde me formé, es mi país, aunque tenga ahora que decir México, lindo y qué herido; me hace sufrir lo que nos pasa, no puedo ser indiferente”

Por ahora, dice, las oportunidades de crecimiento en Sidney lo tienen en plenitud. “Tengo mucha presión y muchísimo trabajo pero estoy contento, estoy logrando educar a toda una generación de jóvenes instrumentistas y de jóvenes directores. En seis meses se gradúa mi primera generación de Maestría y en un año y medio los alumnos de Doctorado”, cuenta.

A lo largo de su vida, dice, ha aprendido que estar al frente de una orquesta implica, sobre todo, ser capaz de persuadir. “Nadie es monedita de oro, ni el presidente de la República. No estoy de acuerdo con la imposición, prefiero persuadir”.  El programa se complementará con Concierto para trompeta de Alexander Arutunian, con el trompetista Rafael Ancheta, Bacanal de Sansón y Dalila de Saint-Saëns y El mar de Debussy.

Las funciones son el sábado 13 de junio a las 20:00 horas y el domingo 14 a las 12:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

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