El escritor Ray Loriga (España, 1967) confesó en una entrevista que nunca ha tenido muy en claro "qué es lo moderno, ni lo posmoderno, lo literario o lo metaliterario, pero lo que sí creo es que sé diferenciar la buena literatura. Son los nuevos tiempos los que se deben adaptar a la buena literatura".

Una reflexión que también destacó durante la presentación de su última novela, Rendición , en un céntrico café de Santiago de Chile la noche de este martes, en el marco de una gira por Latinoamérica para promocionar la obra.

El viaje lo emprendió tras ganar el Premio Alfaguara y previo al acto de presentación dijo a Efe que al escribir esta novela sintió que ha regresado a la pasión que le trae la literatura.

Para Loriga, "el proceso de creación ha sido impreciso pero constante. Se empiezan a crear rumores en la cabeza, un caldo de cultivo donde de pronto surge una idea propia, que es importante dentro de la escritura. Aunque no sea original, porque ya no queda nada original entre lo escrito".

Matizó, sin embargo, que el camino para que Rendición viera la luz no fue fácil: lo más difícil, según el novelista, fue encontrar una voz para la obra "que supusiera la mínima diferencia importante" para añadir un libro más a su lista, para que tuviera el "sello Loriga".

"El acto de escribir, aunque sea muy idéntico en el día a día, es una aventura distinta en todos los libros, en cada frase. De hecho, es difícil sentir la rutina porque todo tiene un nivel de vértigo y de riesgo", señaló.

Rendición

cuenta una historia de "una sociedad transparente que quizá encierra algunas trampas que no se ven tan fácilmente" y que le ha valido a Loriga la comparación del jurado del Premio Alfaguara con escritores de la talla de Orwell y Kafka.

"Qué más quisiera yo que acercarme a ellos. Desde luego está cerca de mis ambiciones, no de mis logros", bromeó.

Las trampas que plantea el escritor español se encuentran en cosas como que la sociedad asocie la felicidad a "cosas concretas como los objetos de consumo", algo que dista mucho de su mentalidad actual.

"La felicidad depende de lo que cada uno quiera conseguir en cada momento. Y para mí ahora reside en estar aquí en Chile, con amigos y tan contento", indicó.

El escritor negó que la literatura del país austral necesite una personalidad como él, siempre relacionado con Bukowski y Carver, y mencionó al chileno Alberto Fuguet como una de sus figuras.

Durante su estancia en la capital chilena, por la que pasó antes de poner rumbo a Perú para continuar con la promoción de Rendición , Loriga aprovechó para llenar la maleta de libros de autores chilenos que le han recomendado amigos y libreros y entre los que espera encontrar "sorpresas muy agradables".

"Admiro todas las victorias futuras de la literatura. Esto sigue y estoy deseando ver lo que se escribe mañana. No lo que produzco yo, sino lo que hacen otros", concluyó.

sc

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