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Entre el 2 de enero de 1927 y el 20 de mayo de 1928, EL UNIVERSAL publicó cerca de 60 entregas de la novela El águila y la serpiente del escritor mexicano Martín Luis Guzmán. Eran textos autónomos, que aparecían semana a semana, incluso a veces aparecieron en días continuos, profusamente ilustradas por Gómez Linares. Y casi siempre ocupaban la primera plana de la tercera sección dominical.

Desde Madrid, España, donde Martín Luis Guzmán vivió muchos años en el exilio, el escritor mandaba semana a semana, tanto a EL UNIVERSAL como a La Prensa, de San Antonio, Texas, sus colaboraciones de esa novela que se iba a llamar “Bajo la sombra de Pancho Villa” y acabó publicado con el nombre de El águila y la serpiente, en Madrid, España, en 1928.

Esta historia que aborda la Revolución Mexicana, especialmente el periodo que va de 1913 a 1915 y tiene como base el relato autobiográfico de Martín Luis Guzmán en la lucha armada al lado de Francisco Villa, tiene ya una edición crítica que fue coordinada por la investigadora Susana Quintanilla.

Se trata de la edición crítica de El águila y la serpiente que cuenta con edición, estudio y notas de Susana Quintanilla. La obra publicada por la Academia Mexicana de la Lengua en su colección Clásicos de la Lengua Española, convierte a Martín Luis Guzmán en el primer escritor mexicano en entrar a esta colección de grandes obras literarias.

La investigadora del departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav), dice que como otras grandes obras de la literatura mexicana del siglo XX, El águila y la serpiente de Martín Luis Guzmán, tuvo como antecedente inmediato su publicación a través de entregas a la sección dominical del periódico EL UNIVERSAL.

En entrevista con este diario, la historiadora afirma que esta obra que supera las mil páginas y que ya está publicada pero que aún no ha sido presentada, apareció por entregas pero llama mucho la atención el orden.

“El orden de la publicación no tiene nada que ver con el orden de los textos en el libro, esto quiere decir que quizás Martín Luis Guzmán no tenía intención de hacer un libro, pero necesitaba dinero, requería ser publicado y eso explica todo este conjunto de serie de entregas”, señala Quintanilla.

Es ella quien dice que pese a todo, finalmente Luis Guzmán armó el libro como tal y “este antecedente episódico yo creo que define mucho la calidad de la novela. Al ser por entregas son como cuentos autónomos que se van entrelazando entre sí, cada uno tiene un principio y un fin, eso hace muy agradable la lectura del texto”.

Rastreando el origen. La publicación de la edición crítica de El águila y la serpiente que tiene presentación de Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, contó con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Cinvestav, y patrocinio de los grupos Pegaso y Espinosa.

Uno de los valores de esta edición única en el mundo de habla hispana es que recupera cuatro textos que publicó Guzmán en EL UNIVERSAL y en La Prensa, de San Antonio, que el narrador mexicano no incluyó en ninguna de las ediciones de la novela que fue publicada por vez primera en 1928, en la editorial española Madrid Aguilar.

Susana Quintanilla explica que cuando Martín Luis Guzmán publicó en 1928 la novela no agregó ningún texto nuevo a la historia, pero lo que sí hizo desde luego fue darle un orden totalmente distinto al orden en que publicó los textos mediante entregas, y lo más importante es que sí excluyó varios de esos textos de la historia.

“Hay uno que se llama Adiós a Don Porfirio, que no aparece en El águila y la serpiente y lo exhumamos en el libro porque habla sobre la reelección, cuando Álvaro Obregón decir ir; luego en el seguimiento de La sombra del caudillo aparece en EL UNIVERSAL un texto sobre Felipe Ángeles y Luis Guzmán lo deja razonablemente fuera de La sombra del caudillo, no tenía caso publicarlo, pero su contexto original era El águila y la serpiente entonces lo exhumamos en esta edición crítica”, afirma Quintanilla.

La autora de libros como Nosotros: la juventud del Ateneo de México y A salto de mata. Martín Luis Guzmán en la Revolución Mexicana, dice que los textos El Adiós a Don Porfirio, el texto de Felipe Ángeles; El lazo de Canuto Arenas, que es sobre un ahorcamiento, y uno más titulado, El Boicot, son los cuatro que exhumaron de entre las entregas que hizo el narrador en La Prensa y en EL UNIVERSAL.

Otra novedad de esta edición crítica es que se confirma que el orden de los textos no es el mismo orden dado a la novela y también que con esta edición Guzmán se convierte en el primer autor mexicano en entrar a la colección Clásicos de la Lengua Española.

La primera edición crítica. “En EL UNIVERSAL comenzó a publicarse en el 27, en La Prensa fue en el 26. Corren paralelos un periodo, nada más que en un orden diferente, lo que ya había publicado en La Prensa empieza a aparecer en EL UNIVERSAL y al revés. No hemos cotejado las versiones de
La Prensa con las de EL UNIVERSAL y las de EL UNIVERSAL con el libro,
ese es un trabajo que hay que realizar, y tampoco se ha hecho una recopilación, una recuperación y exhumación completamente”.

La especialista en historia de la educación dice que en el libro sí hay un orden cronológico. Empieza a mediados de 1913 y concluye en 1915, cuando Martín Luis Guzmán se despide de Pancho Villa en la estación de Aguascalientes. Yo creo que los textos los fue escribiendo y publicando, aunque ya tenía pensada más o menos la trama, lo que pasa es que no la publica por entregas en el mismo orden y en los episodios que van en el libro”.

Lo que determinó con su equipo de investigadores, alrededor de 20 estudiantes e investigadores de la Fundación para la Letras Mexicanas y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM fue hacer una “edición crítica genética”, es decir, hacer una edición crítica a partir de las mutaciones y los antecedentes de la obra.

Bajo esa premisa determinaron que la edición objeto de su estudio sería la de 1956, la última edición corregida por Luis Guzmán.

“Se consideran ediciones autógrafas cuando el autor interviene en el texto para mejorarlo. Lo que descubrimos es que hay cinco ediciones de El águila y la serpiente corregidas por Martín Luis Guzmán para llegar a la edición definitiva de 1956. El libro salió en 1928 en Madrid, Guzmán estaba exiliado, un exilio cruento que duraría hasta 1937 con Cárdenas, fue reeditado en Madrid por su enorme éxito comercial. Tiene ediciones sucesivas hasta la de 1956”, afirma Quintanilla.

Ellos transcribieron el texto completo del 56 y fue perfectamente cotejado con el propósito de que no hubiera ningún error y luego procedieron a la comparación; a partir de allí está toda la edición crítica que incluye cerca de 400 páginas de notas a pie de página profundas y tan puntuales que en una sola nota tardaron días.

La edición crítica de El águila y la serpiente, cuyo título original era Bajo la sombra de Pancho Villa, ya está terminada y se trata de una edición magna con las pautas marcadas por la Academia Mexicana de la Lengua y todos los preceptos marcados por la Asociación de Academias de la Lengua Española para la colección Clásicos de la Lengua Española.

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