La presentación de la antología de poesía En afán desmedido fue una charla amena y divertida en la que el poeta español Luis Antonio de Villena recordó pasajes de su juventud y cómo lo convirtió en escritor y en dandi.

En afán desmedido, volumen editado por la Universidad Veracruzana y presentado en la Casa del poeta, reúne algunos textos de los anteriores libros del también narrador, en los que explora, siempre, con empeño poético, temas como: el cuerpo, el amor, el homoerotismo y el sexo.

De Villena, quien estuvo acompañado de los también poetas Pablo Molinet y , recordó que apenas siendo un niño, su primer acercamiento a la letras fue con un libro de Oscar Wilde, al que describe como su único gran amigo por esos años y en el que reconoció que existía algo con lo que él se identificaba, pero no tenía seguridad de qué se trataba.

“Era un niño de 12 años sin ninguna pulsión sexual, era un niño muy triste porque mi papá había muerto. Me llevaron a un colegio muy prestigiado y ahí me encontré con el rechazo de una minoría que era vista con total desinterés y apatía por una inmensa mayoría, de esa que no hace nada. Ellos me llamaban 'maricón'. Cuando conocí la literatura de Wilde enseguida adopté las características que lo hicieron no sólo un gran escritor, sino un gran personaje. Comencé a usar sortijas en las manos y adornos en las solapas. Fue ahí cuando los cobardes que me acosaban comenzaron a respetarme, pues me había convertido en la representación pura de lo que ellos estudiaban, la literatura” dijo.

De Villena contó sobre la estrecha relación con grandes escritores y poetas del siglo pasado, con los que compartió innumerables anécdotas como la visita que le hizo en España, o el día en que , sin decirle una sola palabra, le firmó el libro Pedro Páramo en una cena, cuando de Villena estaba acompañado de José Emilio Pacheco.

Siendo víctima de acoso y rechazo en su infancia, expresó su desacuerdo a las declaraciones de : “Todos vemos que hay cretinos estúpidos que son salvajes, como el actual presidente de los Estados Unidos, y del que nadie hace nada por cerrarle la boca. Por eso no me gusta ir Estados Unidos, es el último lugar en el que viviría”, mencionó.

Durante la velada, que se extendió con un sinfín de historias sobre de la vida del poeta, sus amigos reconocieron la importancia de su obra en la poesía contemporánea y en el acierto que representa reunir en una antología parte de su producción poética.

“Esta antología representa un recorrido amplio y cabal de una obra diversa, plural. Desde sus primeros libros en los que las imágenes preciosistas se mostraban poderosas y se acomodaban con afán estetizante y pulso exquisito, hasta la escritura de imágenes en fuga de esplendor y tristeza en la que los límites entre la prosa y el verso se transgreden y un ritmo alimenta al otro”, expresó Luis Jorge Boone.

Pablo Molinet enfatizó en el sentido de libertad que persiste en esta obra. “Leo en la obra nutrida y compleja de Luis Antonio de Villena, una permanente declaración de libertad, libertad de extasiarse, de exaltarse, de experimentar placer, libertad sensorial y sexual que por ello, no será también, necesariamente estética. En esta obra, el hombre es un ser para el placer y la belleza, un ser para la vida, más aún por la convicción del poeta, un ser para el saber. Tocar placer, belleza y sabiduría con los dedos”, dijo.

A manera de finalizar y sólo por cumplir con el protocolo, como él  mismo lo dijo, el maestro leyó cuatro de los poemas que contiene la antología: "Cavafis en Atenas. 1932”, “Boy cam cum”, “Andresito” y “Foto de Jaime”.

Luis Antonio de Villena participará con los becarios de la Fundación para las Letras Mexicanas y tendrá una presentación en la Feria Internacional del Libro Universitario en Xalapa, Veracruz, que inicia el 21 de abril.

nrv

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