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Cristóbal Colón no descubrió América, considera el historiador francés Christian Duverger, luego de profundizar en un documento que el Almirante escribió a modo de bitácora de viaje, cuyo original se encuentra perdido, pero se conoce su contenido gracias a las copias que de él hicieron Hernando Colón, hijo del descubridor, y fray Bartolomé de las Casas. Ambas versiones son reunidas por primera vez en un mismo libro, Diario de a bordo, publicado por Taurus, con una amplia introducción del especialista.

“Hay que revisitar los mitos porque en su contenido hay muchas cosas que pertenecen a reconstrucciones románticas del siglo XIX, muchos de los mitos que aún existe son construcciones decimonónicas. El ejercicio de la historia permite matizar o entender los mitos, incluso cambiar la visión que existe de algunos personajes”, explica el investigador en entrevista.

El Diario de a bordo es un documento en el que se da a conocer la existencia de tierras americanas; el original desapareció en 1493, inmediatamente después de que Colón lo entregó al rey; pero se conservaron las copias. En sus páginas también se pueden leer muchas huellas de la cultura portuguesa, por lo que también es posible considerar que el Almirante no era genovés, sino portugués. Sin embargo, el dato más revelador es que se puede tomar como la prueba de que Colón no fue descubridor, entonces ¿qué tipo de viaje realizó? Un viaje para documentar lo encontrado.

“En el documento no se observa la menor huella de sorpresa de parte de Colón, lo que se lee es una descripción casi clínica de lo que ve de manera muy técnica. Siempre escribe que existe la posibilidad de hacer un puerto, pero sabemos que no fue así; así que mejora la situación real para no desalentar a los mecenas, los reyes de España. También sostiene que hay muchos paisajes parecidos a los que existen en Castilla y tampoco es verdad, no hay ninguna semejanza entre lo tropical y las tierras áridas de España”, dice Duverger.

De acuerdo con el doctor en Historia por la Universidad de Sorbona, en París, hay indicios de que hubo un predescubrimiento, hecho por Colón o por otra persona.

“Me inclino por considerar que el descubrimiento lo realizó un piloto que aparece en todas las crónicas del siglo XVI y se dice que murió en la casa de Colón. Creo que Cristóbal Colón recuperó del piloto el secreto de navegación para ir y regresar, incluso él tenía la prueba del contacto, como objetos de la isla de Haití a la que llamó Isla española. Con todos estos datos, Colón se lanzó al viaje”, sostiene el historiador francés.

Duverger asegura que el Almirante no obtuvo el apoyo de Portugal, porque en ese momento no estaban interesados y no deseaban recorrer el Atlántico, por lo que Colón consigue el apoyo de los reyes de España. Incluso, advierte que Colón y la reina establecieron un lazo romántico.

“Colón tuvo el encargo de informar sobre la naturaleza del descubrimiento, cuántas islas. De modo que no hay emoción, es un documento que le permite a España reivindicar lo descubierto. Esta hipótesis la podemos apoyar con el calendario de regreso. Colón, pese a que fue enviado por España, regresa a Lisboa en marzo, en abril sostiene la visita oficial con los Reyes. Para este momento ya salió impreso una especie de resumen del descubrimiento de las islas que incluso tienen nombre para tomar posesión de ellas. Esto es muy raro porque es casi imposible que en un mes hayan podido publicar ese documento, imprimir era algo que costaba mucho trabajo; pero además, días después se publicó con diversas traducciones, algo todavía más complicado”, indica el investigador.

Así, sostiene Duverger, el calendario que se realizó después del descubrimiento no hubiera sido posible si el viaje no se hubiera realizado con, por lo menos, un año de anticipación.

De acuerdo con el historiador, lo más importante es poner a disposición de los lectores los documentos para que puedan ser apreciados, juzgados y para que cada uno pueda forjarse su propia opinión.

“Me gustaría que la gente tenga otra visión del descubrimiento gracias al Diario de a bordo, hay que leerlo con ojos críticos, son documentos importantes, es de referencia. Sí es conocido, la copia de Las casas sí ha sido visible, pero la copia del hijo de Colón ha tenido otra suerte y quedan dos o tres ejemplares. Lo que propongo es una nueva lectura, siempre se leyó de otra manera”, indica.

Diario de a bordo se convierte entonces en un texto que puede leerse como una gran epopeya, pese a que su descripción carece de una parte emocional, pero también se pueden rastrear las pistas que permiten entender por qué se debe considerar con seriedad que Colón no fue el descubridor de América, por ejemplo al leer los regalos que llevó a las nuevas tierras como vidrios verdes. ¿Cómo sabía que preferirían algo parecido al jade y no un textil precioso?

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